Se creía que el libro moriría con la llegada del e-book. No pasó. Pero el diario en papel no tuvo la misma suerte. En su lugar, buenos y malos luchan hoy en un mundo digital: el mundo de los clics. La noticia pasa por el sensacionalismo y la adicción. Somos internautas adictos a palabras fugaces.
Según Neil Postman, uno de los sociólogos referentes del siglo XX, la invención de la imprenta creó una fe ciega en todo aquello copiado en papel. En el presente, los estudios demuestran que el diario sigue siendo uno de los medios que transmiten más confianza. Sin embargo, cada vez más nos informamos a través de redes sociales.
La muerte del periódico sería una evolución natural de la tecnología. Pero si con él muere la confianza, entonces también lo hace el periodismo. Eso sería, sin lugar a dudas, el mayor fracaso democrático de nuestro siglo: la historia hablará de nosotros.
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