Dicen que el desayuno es la comida más importante del día, y en Catalunya tenemos un tesoro: los esmorzars de forquilla. Callos, cap i pota, butifarra con judías... platos que resisten a la tiranía del brunch, capitaneada por el aguacate, las tortitas, los huevos Benedict y los cafés con un corazón dibujado. La globalización, supongo.
Pero parece que el ascenso de la moda norteamericana ha provocado un efecto rebote. Justo hace un año que se lanzaba EsmorzApp, un directorio de esmorzars de forquilla en Catalunya, la Comunidad Valenciana y las Baleares. Les propongo un templo: La Manigua, en Reus.
Puede que la comida no sea tan fotogénica como las vajillas de los sitios de brunch, estamos de acuerdo, pero tampoco es necesario. Así que copita de vino, albóndigas con sepia y a disfrutar.
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