Los divorcios en Tarragona caen un 20% en la pandemia
El estrés por la crianza de los hijos y el trabajo es el primer motivo de las rupturas, según una encuesta de los abogados de familia

En 2021, hasta septiembre, hubo 1.391 divorcios en la provincia.
Los divorcios y las separaciones han caído a la mitad en los últimos seis años en la provincia de Tarragona. Según los datos extraídos de la página web del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) –recogidos por su parte del Institut Nacional de Estadística (INE)–, en la provincia de Tarragona se produjeron el año pasado (hasta el tercer trimestre) 1.391 divorcios y 57 separaciones. Unos números muy alejados de los 2.397 divorcios y 121 separaciones del año 2015.
Este periodo de tiempo incluye la pandemia de la Covid-19, donde aunque los abogados de familia hayan constatado, sobre todo después del confinamiento inicial, más casos de divorcios y separaciones, las cifras demuestran que estos han seguido bajando hasta el último trimestre del año pasado.
¿Dónde podría estar la causa de que las rupturas matrimoniales hayan ido a la baja en la provincia de Tarragona? Pilar Lahoz, abogada de familia y colegiada en el Col·legi d’Advocats de Reus, cree que «un factor importante por el que los divorcios han ido a la baja ha sido el económico. Con los sueldos que hay, y agravado en la pandemia con ERE, despidos, etc…, es imposible afrontar una serie de gastos. Y no me refiero a lo que pueda costar el divorcio porque todo el mundo tiene derecho a un abogado y procurador de oficio, sino a hipoteca, gastos, etc… Venimos de unos años de mucho gasto en las familias y cuesta asumirlos en solitario si te separas».
Para Lahoz también «ha podido influir el hecho de que ahora imperan las custodias compartidas, que se establecen genéricamente, siempre valorando lo mejor para la criatura. Lo que pasa es que muchas madres tienen la sensación de que el padre no sabrá cuidar de los hijos y son reacias», comenta esta abogada de familia, quien reconoce que «personalmente siempre intento mediar, pacificar, bajar los ánimos. Pensando en el bien de los hijos».
Encuesta
¿Qué motivaría que una pareja decida divorciarse? Una discusión sin importancia suele desencadenar una tormenta que acaba llevándose por delante un matrimonio. Lo han comprobado los abogados de familia que en su último Observatorio apuntan las causas más habituales por las cuales las parejas españolas deciden divorciarse. Una discusión por el tiempo que hay que dejar a los niños frente a las pantallas, o quién se encarga de ayudar a los niños con los deberes o a qué extraescolares tiene que ir, puede ser el desenlace de una discusión que desencadene todo.
Como primer motivo, los 500 abogados especializados en Derecho de Familia que han participado en el sondeo (de un total de 2.500) citan «el desgaste, el alejamiento y la falta de comunicación al que lleva el estrés provocado por la crianza de los hijos y el trabajo». En opinión del vocal de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA), Álvaro Iraizoz Reclusa, «este estrés puede provocar múltiples discusiones, algunas por motivos intrascendentes, desembocando en el peor de los casos en el abandono, el desprecio o la indiferencia absoluta hacia el otro miembro de la pareja. La excesiva dedicación al trabajo, la complicada conciliación laboral y familiar o la frecuente sobrecarga de uno de los miembros de la pareja en las labores de la crianza y las propias del mantenimiento del hogar, entre otros aspectos, propician la ruptura», manifiesta el vocal de la AEAFA.
El grupo de edad que concentra más divorcios comprende edades entre los 40 y 50 años, «es decir, aquellos que a menudo se encuentran inmersos en plena crianza. Se trata de una etapa crítica», apunta Iraizoz. La duración media de los matrimonios que se divorcian en España es de 16 años y en uno de cada tres llevaban más de 20 años casados. En 2020 hubo 77.200 divorcios, cayeron un 15,8% respecto al año anterior, pero lo hicieron por el confinamiento.
Los abogados que cada día afrontan crisis familiares atribuyen el segundo motivo de separación al «desenamoramiento», que en ocasiones coincide con el inicio de una relación con una tercera persona. Las infidelidades, las dificultades económicas (suele ser cierto el dicho de que cuando el dinero sale por la puerta, el amor salta por la ventana), el maltrato y las salidas del armario de uno de los cónyuges son otros de los motivos alegados por los juristas.
Las respuestas de los letrados forman parte del IV Observatorio del Derecho de Familia, que se ha elaborado a partir de una encuesta a los letrados de la AEAFA el pasado mes de diciembre.
Desde 2005, para solicitar la separación conyugal o el divorcio en España no es necesario alegar ni acreditar causa alguna. «Antes había que referirse al abandono injustificado del hogar, a la infidelidad, al alcoholismo, las toxicomanías o a los trastornos mentales, entre otras causas legalmente previstas», explica Iraizoz. A partir de 2005, basta que hayan transcurrido al menos tres meses desde la celebración del matrimonio para separarse o divorciarse de mutuo acuerdo e incluso antes si hay riesgo para la integridad física o moral o la libertad sexual del cónyuge demandante o de los hijos de ambos. «A pesar de que ya no se necesite justificar la causa del divorcio, el cliente que llega a nuestros despachos porque quiere iniciar un proceso de separación, o porque su pareja ya lo ha iniciado, nos explica las causas que le han llevado hasta ese punto de no retorno», señala Iraizoz.
Las razones para romper
Las doce razones más citadas por los abogados de Asociación Española de Abogados de Familia son las siguientes:
1. El desgaste, alejamiento y la falta de comunicación al que lleva el estrés provocado por la crianza de los hijos y el trabajo.
2. Desenamoramiento. A veces, acompañado del inicio de una relación con una tercera persona.
3. Infidelidades.
4. Dificultades económicas.
5. Discrepancias que surgen a raíz de la crianza y de la educación de los hijos. Se pone en evidencia estilos de vida y valores completamente distintos.
6. La excesiva presencia de las respectivas familias políticas que generalmente ayudan, pero que a veces también ahogan.
7. Irritabilidad o mal carácter. En casa, con nuestros más íntimos, sacamos la peor de nuestras versiones.
8. Elección de una pareja con un carácter incompatible con el nuestro.
9. Adicciones.
10. Violencia de género, doméstica, trato inadecuado entre los miembros de la pareja.
11. Dificultad para gestionar las emociones que genera el surgimiento de enfermedades, físicas o mentales, o agravamiento de las ya existentes en algún miembro de la familia.
12. Cuando uno de los miembros de la pareja sale del armario, aceptando su verdadera orientación sexual.