Reus

Operación 'Kamaleones'

Condenan a dos menores captados por los 'Latin Kings' en Reus

Los investigados, de 16 y 17 años, fueron encargados de distribuir droga en la ciudad y otras zonas cercanas, bajo una jerarquía marcada. Uno de ellos fue sorprendido con más de veinte papelinas de hachís y una lista con nombres y deudas, en una operación que destapó a la banda 'Reino Hispano'

Arma blanca intervenida durante la actuación de la Guardia CivilGuardia Civil

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Dos menores de edad han sido condenados por el Juzgado de Menores de Tarragona tras declararse culpables de pertenecer a una organización criminal y participar en actividades de tráfico de drogas. La sentencia, dictada por la magistrada del juzgado, establece que ambos adolescentes formaban parte de la banda latina Latin Kings, concretamente del llamado 'Capítulo de Reus', y que colaboraron activamente en la estructura y funcionamiento del grupo. La Guardia Civil desarticuló el grupo completo, que actuaba por Catalunya, en abril de 2024, en el marco de la 'Operación Kamaleones'.

Según los hechos probados recogidos en la sentencia, los menores comenzaron su vinculación con la banda al menos desde mediados de 2022 hasta su detención en abril de 2024. Durante ese periodo, participaron en numerosas actividades organizadas por el grupo y mantuvieron una relación constante con los líderes adultos del mismo.

Jerarquía y estructura en Catalunya

Los Latin Kings, organización de origen estadounidense fundada en Chicago en los años 50, tiene en España una estructura jerarquizada y territorialmente dividida. En Catalunya, operan como parte del denominado 'Reino Hispano', y cada zona territorial se organiza en 'Capítulos'. El de Reus era uno de ellos.

Los menores no tenían aún el estatus de miembros plenos (denominado 'Reyes'), sino que se encontraban en una etapa previa llamada 'Fase u Observación'. Aun así, estaban plenamente integrados y bajo órdenes directas del líder del grupo en Reus, quien ostentaba el cargo de 'Inca'. A través de esta jerarquía, se impartían órdenes, se organizaban encuentros y se promovían actividades ilegales, entre ellas el tráfico de drogas.

Redes sociales e intervenciones telefónicas

Parte de las pruebas que sustentaron la condena provinieron de imágenes y vídeos publicados en redes sociales por otros miembros del grupo, donde los menores aparecían realizando saludos propios de la banda, portando pañuelos amarillos (símbolo distintivo de la organización) y participando en rituales como la 'bendición' en reuniones del capítulo.

La sentencia también detalla una extensa serie de conversaciones telefónicas intervenidas durante una investigación paralela en el Juzgado de Instrucción nº 3 de Reus, en la que estaban siendo investigados los adultos integrantes del grupo. Estas escuchas revelan cómo los menores eran utilizados para labores de vigilancia durante actividades delictivas, entrega de sustancias estupefacientes —concretamente hachís—, y cobraban dinero derivado de estas transacciones.

En una de las conversaciones, el menor varón fue requerido para entregar “10 euros de chocolate”, en alusión al hachís, y en otras llamadas se le preguntó directamente por la localización de la marihuana o si “llevaba encima”. También se detectaron conversaciones sobre deudas pendientes relacionadas con drogas, y cómo parte del dinero obtenido era destinado a financiar las actividades del grupo.

Participación en reuniones y rituales

Ambos menores asistieron a diversas reuniones organizadas por el grupo, no solo en Reus, sino también en otras localidades como Hospitalet de Llobregat, Granollers o Sant Cugat del Vallès. En estos encuentros se abordaban cuestiones internas del grupo y se consolidaba el adoctrinamiento, transmitiendo a los nuevos miembros los valores, símbolos y normas recogidas en la «Literatura» de los Latin Kings.

Uno de los momentos más simbólicos fue la reunión celebrada donde los adolescentes fueron presentados y recibieron una especie de ritual de iniciación.

Durante el proceso, quedó acreditado, según fuentes policiales, que el grado de participación variaba. Mientras el menor tuvo un papel más destacado, especialmente en tareas de distribución de droga y vigilancia, la menor también colaboró, prestando su teléfono móvil para facilitar comunicaciones con otros miembros del grupo.

Sentencia: medida educativa con internamiento

La magistrada, tras valorar la gravedad de los hechos y la aceptación de culpabilidad por parte de los menores, impuso a ambos una medida educativa de dos años de internamiento en régimen cerrado, con los dos últimos meses bajo libertad vigilada. No obstante, dicha medida queda suspendida si cumplen con una supervisión en régimen de libertad vigilada durante dieciséis meses.

El fallo se produjo con la conformidad expresa de los menores y sus abogados, quienes aceptaron tanto la calificación de los delitos —pertenencia a organización criminal y tráfico de drogas— como las medidas propuestas por la Fiscalía de Menores. El despacho tarraconense 8Penal Advocats se ha encargado de la defensa de uno de los acusados y ha conseguido evitar la prisión.

Un caso que refleja la captación de jóvenes vulnerables

El caso pone de relieve la capacidad de estas organizaciones para captar menores en situación vulnerable, integrarlos en su estructura y utilizarles en actividades delictivas de manera encubierta. La Fiscalía y los cuerpos policiales continúan con investigaciones paralelas en juzgados de instrucción dirigidas contra los adultos responsables de liderar y coordinar las actividades de la banda.

Este proceso, además de sancionar penalmente a los menores, pretende también aplicar medidas educativas y de reinserción para impedir que sigan formando parte del entramado criminal.

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