Cincuenta multas en dos años por no remojar orines de perro en Reus

Llevar una botella de agua en la mano cada vez que se saca el perro a pasear se ha convertido en un gesto indispensable en los dos últimos años y medio en Reus. «Básicamente, porque si no lo haces te pueden multar», resume Ramon, un joven usuario. Aunque no es únicamente por miedo, «sino que es un gesto que mejora la ciudad», opina Ferran.

Sea por el motivo que sea, las cifras muestran que la obligación de remojar los orines de los animales de compañía en la vía pública ha calado entre los propietarios de perros. Lo demuestra la cifra relativamente baja de sanciones por incumplir con esta obligatoriedad: un total de 51 desde julio de 2020, cuando entró en vigor la medida a través de una modificación de la Ordenanza de Civismo, según cifras facilitadas por el Ayuntamiento. En cambio, no recoger los excrementos sigue siendo una infracción más habitual, con 279 multas durante el mismo periodo: entre 2020 y 2022.

«Creo que muchos recogen las defecaciones por presión, porque alguien los está mirando. Pero en cuando no hay nadie o es de noche, pasan de hacerlo», relata Magdalena, propietaria de dos perros. Duda que sea efectivo echar agua sobre los orines, dado que «para limpiar de verdad, tendría que ser una mezcla con jabón». En todo caso, ella opta por otro método: evitar que sus perros miccionen en la vía pública. «Tengo un macho y, por lo tanto, tiene el instinto de marcar territorio. Pero desde el primer día le enseñé a no hacerlo en fachadas y mobiliario urbano, sino en árboles. Aprendió muy rápido», relata esta joven, quien cree que falta civismo entre los propietarios de perro «y que estos sepan educar a sus animales. Mucho no tienen ni idea», exclama.

De hecho, la Ordenanza de Civismo indica que «hay que evitar» que las mascotas «defequen en la vía pública (...) y también que hagan sus micciones en espacios públicos y especialmente en las fachadas de los edificios o en el mobiliario urbano». En el caso que este supuesto no pueda evitarse es cuando hay que proceder a recoger los excrementos o limpiar con agua los orines. Incumplir con estas dos obligaciones conlleva sanciones, que pueden llegar a los 1.200 euros si el propietario no ha recogido los excrementos, o hasta 600 si no remoja con agua los orines. Sobre las micciones, hay un matiz en la Ordenanza de Civismo. Y es que mientras no limpiar los orines en la vía pública es una infracción leve, el hecho de no evitar que los animales hagan sus micciones en las fachadas de los edificios o en el mobiliario urbano es grave y, por lo tanto, en este caso la multa puede ascender hasta los 1.200 euros.

En los últimos años, el Ayuntamiento de Reus ha puesto especialmente el foco en la lucha contra los propietarios incívicos de perro. Cualquier agente de la Guàrdia Urbana que detecta una infracción, puede multar, pero el consistorio ha llevado a cabo, además, campañas específicas con agentes de paisano.

«El civismo es una cuestión de ciudad y la lucha contra el incivismo es cosa de todos», exclama el alcalde de Reus, Carles Pellicer. Señala que son una minoría, pero «actuamos con la mayor contundencia contra los propietarios de propietarios incívicos de perros». «Recordamos que existen conductas inadmisibles, como mear en la calle o no recoger las cacas de perros. Lo hacemos con la campaña de comunicación que tenemos en marcha, pero también con la máxima contundencia en las sanciones», añade.

Por no recoger excrementos de la vía pública, en 2021 la Guàrdia Urbana levantó 104 actas. Fueron más que en 2020, cuando se pusieron 99 sanciones de esta tipología. En cambio, en 2022 la cifra bajó hasta las 76 multas. En cuanto a los orines, 2021 también fue el año con más actas levantadas, con un total de 31, mientras que en 2020 fueron cuatro y en 2022, 16.