Una mujer acudió al domicilio de un hombre –que había conocido a través de la aplicación Tinder– pensando que iban a iniciar una relación de amistad. Pero una vez en el domicilio no solo la violó sino que le grabó las nalgas y envió el vídeo a unos amigos.
Ahora, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Tarragona ha condenado al procesado a dos años de prisión, a que durante doce años no pueda acercarse a menos de 300 metros de la víctima e inhabilitación especial para profesión o actividades que lleven contacto con menores durante 15 años por un delito de agresión sexual; a un año y medio de prisión por un delito de trato degradante y finalmente a tres meses de cárcel por un delito de revelación y descubrimiento de secretos.
En este último delito se ha aplicado la agravante de reincidencia y en los tres, las atenuantes de alteración psíquica y reparación del daño.
Responsabilidad civil
Es el acuerdo de conformidad al cual llegaron el acusado y el fiscal antes del inicio de la vista oral. La sentencia recoge que, en concepto de responsabilidad civil, el procesado tendrá que indemnizar a la víctima con 18.000 euros en concepto de daños morales por el delito de agresión sexual y 8.000 por el de trato degradante.
La sentencia señala que sobre las diez de la noche del 17 de septiembre de 2021 el acusado, de nacionalidad español y de 22 años, contactó a través de la aplicación social Tinder con la víctima. Le propuso que acudiera a su domicilio de Reus, situado en la calle Àngel Guimerà, con el pretexto de que se encontraba solo y necesitaba compañía. La mujer, que padece un trastorno ansioso-depresivo, accedió a la propuesta, en la creencia de que el encuentro tenía por finalidad iniciar una mera relación de amistad.
La puerta, cerrada con llave
La mujer se desplazó en su vehículo hasta la vivienda del acusado e incluso estacionó en el garaje del encausado. Una vez ambos accedieron a la vivienda, sobre las 23.50 horas, él cerró la puerta con llave y se apoderó del teléfono móvil de la víctima, el cual guardó en su poder hasta el momento en que ella abandonó el piso.
Mientras ambos estaban sentados en el sofá, el acusado empezó a realizar caricias y darle besos, mientras la mujer mostraba su oposición. Explicó que ella solo quería amistad, sin querer mantener ningún tipo de relación sexual. A pesar de esta negativa y oposición, el acusado la cogió con fuerza del cuello y la arrastró hasta la habitación, donde la desnudó y la obligó a hacer prácticas sexuales, hasta que finalmente la violó.
El hombre no dejó que ella se marchase del domicilio. La obligó a ir al sofá y a ponerse a gatas con la finalidad de grabar sus nalgas con el teléfono y enviar el vídeo a un amigo. A continuación, una vez que la mujer abandonó el domicilio, el acusado remitió la grabación a dos personas.
Antecedentes
El encausado ya había sido condenado el 1 de marzo de 2019 por el Juzgado de Violencia sobre la mujer 1 de Reus a pagar una multa de 540 euros como autor de un delito de descubrimiento y revelación de secretos, además de una orden de alejamiento que le impedía comunicarse y acercarse a la víctima durante un año. Desde el 20 de septiembre de 2021 el acusado se encontraba en prisión preventiva.