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El nuevo Pla de Mobilitat Urbana de Reus da un paso más hacia su entrada en vigor. El proceso de elaboración del documento finaliza su fase de participación. El Pla aporta soluciones a los cambios de esta última década, por ejemplo, en cuanto a modalidades de transporte, sostenibilidad o reducción del vehículo privado. Y fija la vista en 2035.
El Ayuntamiento de Reus ha convocado esta tarde, a las 17h. en el Casal de les Dones, una audiencia pública. Durante el acto se presentará el Pla de Mobilitat.
Una de las actuaciones que el gobierno estudia es, tal como explicó ayer la concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, «la transformación de espacios municipales subterráneos en centros logísticos de última milla». Consultada sobre si esta intención se refiere al actual aparcamiento de la plaza Prim, Berasategui, respondió que «es de sentido común».
La concesión de este parking acaba pronto, en 2025. La propuesta de conversión de puntos como ese en centros logísticos de última milla se enmarca en el capítulo de planteamientos que «permitirían a vehículos menos contaminantes, como cargobikes o pequeños vehículos eléctricos, hacer el reparto final». La ubicación en Prim se señalaba ya en un borrador el Pla que el Ayuntamiento hizo público a finales de julio.
Otro de los grandes temas que aborda el Pla es el de la creación de una zona de bajas emisiones (ZBE). Aunque ayer el gobierno no entró en más detalle, la zona podría articularse a través de tres fases con diferentes limitaciones: ultrabajas emisiones, bajas emisiones y bajas emisiones ampliable. La medida, que están obligados a desarrollar todos los municipios con más de 50.000 habitantes, consiste básicamente en limitar el acceso de los vehículos contaminantes a determinadas áreas. Berasategui precisó hace algún tiempo que, en el caso de Reus, la ZBE superará el Tomb de Ravals.
Eliminar barreras
Un tercer punto de relevancia que queda reflejado en el Pla de Mobilitat Urbana es la «evaluación de la continuidad del eje de movilidad activa a través de una pasarela entre el Passeig Sunyer y la Boca de Mina». La conexión ha estado encima de la mesa otras veces y es reivindicada por los vecinos de esa parte de la ciudad, que ven la antigua playa de vías como una barrera dura con el centro.
De la misma manera, el Pla tienen en cuenta propuestas para vincular la ciudad con la futura estación de Bellissens o la intermodal, así como la reforma de la estación de bus.
La vicealcaldesa de Reus, Noemí Llauradó, valoró ayer que «el documento nos ha permitido planificar una red de peatones, una ampliación de la de bicicletas, programar la dotación de aparcamientos o impulsar la movilidad sostenible». El Pla de Mobilitat Urbana toma forma a partir de once ejes que van desde la pacificación de entornos escolares hasta la mejora del transporte público, la potenciación de la intermodalidad o el desarrollo de infraestructuras metropolitanas. El anterior Pla, el que ahora se ha revisado, fue redactado en 2010.
