Apenas acaban de aprender a andar y ya se manejan con soltura en sus ‘scooters’. Niños y niñas a partir de muy corta edad –y también adolescentes y jóvenes– disfrutan en el nuevo Parc de Lliscament, el ‘skatepark’, que este verano cumple su primer año abierto en el entorno del Jardí dels Capellans de Reus.
Son la cantera del deporte sobre ruedas, que está de moda en la ciudad relanzado por el potencial de las instalaciones. El ‘bowl’ de grandes dimensiones es lo mejor valorado. El complejo atrae a usuarios de fuera del municipio.
«Nosotros somos de Alforja y, como allí no hay ‘skatepark’ y a mi hijo le gusta mucho, solemos venir a Reus», explica Francina Aroca, que comenta que «si no hace demasiado calor, esto se llena».
Oriol, de nueve años, patina desde siempre y tiene una gran habilidad. «Casi no caminaba y ya tenía un patinete», apunta su madre, que dice que «hay muchos que hacen maravillas, hasta volteretas en el aire». Antes, la familia iba a Vila-seca pero, desde que el Parc de Lliscament se inauguró, acuden a él y «también es una forma de hacer amigos, a base de ir coincidiendo, y conocer a gente nueva».
A Aroca le gusta especialmente «el ambiente tan sano que hay y el compañerismo que se ve entre los que saben más y menos: los más grandes, de 15 o 16 años, echan una mano a los más pequeños». Oriol no falla a su cita semanal en el Parc de Lliscament y «llevamos todas las protecciones porque, especialmente a última hora, que hay tanta gente, pueden chocar, y así estamos más seguros».
Quien también conoce bien el ‘skatepark’ es Daniel Royo, fundador de la escuela Sobre Ruedas 0.0, que imparte clases allí a los chicos y chicas. «Suelen empezar a partir de los cuatro años, pero hay alguno también de tres, y son máquinas», explica, y apunta que, gracias al Parc de Lliscament, «mucha gente se está aficionando al ‘scooter’ y el ‘bmx’». En cambio, «los ‘skaters’ no son demasiados porque estas instalaciones son para gente con un dominio bastante avanzado».
Por eso, «quizás, si tuviera que decir alguna cosa que falta, es algo de espacio con cajones para un nivel un poco más bajo», especifica Royo, que destaca que «lo bueno de Reus es el ‘bowl’», que se hunde entre 175 y 230 centímetros, y «en la zona no hay otro tan grande».
«La verdad es que Reus y Salou son ahora de lo mejor» y «más gente practica el deporte porque cuentan con los parques para poder hacerlo», concluye el instructor.
La calistenia, otro punto estrella
Pero el complejo del Parc de Lliscament incluye más que el ‘skatepark’. Otro de los espacios estrella es el de calistenia. Ángel Morales es de Bétera (Valencia), lleva dos días en Reus y ya va camino de convertirse en asiduo del parque.
«Suelo entrenar todas las semanas, vi que había esto y decidí venir, y las instalaciones están perfectas y permiten hacer de todo», explica. Y comenta que «lo único que cambiaría sería el suelo, que no fuese de tierra para poder hacer, por ejemplo, flexiones o planchas sin ensuciarse tanto».
Morales también patina. «El ‘skatepark’ está interesante y creo que algún día de estos lo voy a probar», señala. E indica que «todo está muy bien, creo que seguiré viniendo».
Recogida de agua y bosque de ribera
Más allá del ‘skatepark’, la zona de calistenia y la petanca, el proyecto del Parc de Lliscament incluyó también aspectos de valor ambiental y ecológico. El gran ‘bowl’ está equipado con un sistema de recogida de agua de lluvia y la conduce hacia un depósito subterráneo que sirve para el riego.
Y se han recuperado antiguas minas que operan en este mismo sentido, para el aprovechamiento de los recursos hídricos disponibles. En el Parc de Lliscament se ha apostado por vegetación de bosque de ribera y se han plantado especies locales. El espacio es un refugio para gorriones y para insectos polinizadores.