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    Piden cerrar el Parc de l’Olla de Reus para evitar consumo de alcohol y drogas

    Los vecinos de esta zona cercana al tanatorio están hartos de la inseguridad y las molestias por las noches

    06 noviembre 2022 19:25 | Actualizado a 07 noviembre 2022 07:00
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    Los vecinos de los alrededores del Parc de l’Olla, entre la avenida de Bellissens y la calle de Maria Mercè Marçal i Serra, justo al lado del tanatorio municipal de Reus, están hartos de la inseguridad y molestias que viven prácticamente a diario. El consumo de alcohol y sustancias es su mayor preocupación, precisamente porque se trata de un parque infantil. Es por ello que reclaman al consistorio que cierren el parque para, al menos, intentar mantener a raya la situación.

    Quieren evitar que por las noches haya botellones o, lo que les preocupa más, «que haya droga. Se meten por los arbustos, justo al lado de los edificios», señala un vecino. Todo ello va relacionado con otra cuestión: el dispositivo automático de dispensación y recogida de jeringuillas para personas drogodependientes que está justo enfrente del parque. No es que estén en contra de este tipo de dispositivo, sino que «sería mejor que estuviera cerca del hospital o de cualquier centro sanitario», opinan los vecinos que, en todo caso, «no creemos que, junto a un parque infantil, sea el sitio más correcto de colocar este tipo de servicio».

    $!El dispensador de jeringuillas está ubicada enfrente del parque infantil. FOTO: Alba Mariné

    Remarcan que muchos usuarios usan el Parc de l’Olla para administrarse la dosis y que, luego, tirarían las jeringas usadas en la misma zona, lo que preocupa a todos los vecinos. Además, señalan que en varias ocasiones se han encontrado a algún consumidor en los portales e incluso en el interior de los bloques. En el mismo parque, también hay «quien duerme la mona», dicen.

    Vecinos de la zona entre las calles Maria Mercè Marçal i Serra y Carles Riba presentaron ya, en una ocasión, un escrito al Ayuntamiento de Reus, exponiendo estas quejas. «Pero no hemos obtenido respuesta», por lo que ahora varios vecinos han presentado propuestas en la actual convocatoria de los presupuestos participativos.

    Óscar, uno de los vecinos, ha presentado una de las iniciativas, centrándose en «mejoras para hacer del Parc de l’Olla un espacio seguro». Pero no es el único que va en esta línea. Otra vecina propone mejorar la iluminación de la zona y, concretamente, de las calles Maria Mercè Marçal i Serra y de Carles Riba. Como denuncian, «la iluminación es deficiente (...) teniendo que utilizar el móvil para iluminar el suelo». El problema principal que señalan es que las farolas son demasiado altas, quedando por encima de la copa de los árboles. Así pues, «llega muy poca luz en la acera» y «casi no puedes ni apreciar la cara de la persona que tienes al lado», ejemplifican. Así pues, lo que reclaman es, por un lado, aumentar el número de farolas y que éstas sean de un modelo más bajo, que queden por debajo de los árboles y, así, que toda la luz ilumine directamente la acera. Además, también denuncian que, a menudo, falla el suministro eléctrico y piden «revisar o cambiar la instalación eléctrica para evitar que falle tanto».

    $!Las calles de la zona están a oscuras. FOTO: Cedida

    Toda esta falta de iluminación afecta directamente al parque que, «entre el mal ambiente y la oscuridad, hay mucha inseguridad», remarca Óscar, quien asegura que la gente, directamente, evita pasar por el parque cuando oscurece.

    Ahora confían poder alcanzar sus objetivos a través de los presupuestos participativos, aunque son conscientes que todavía queda mucho recorrido y, de momento, hay ya 164 propuestas presentadas.

    Botellas y suciedad por el suelo

    La parte visual de la problemática en este parque son las botellas de alcohol y latas repartidas por el suelo, testimonios de lo que sucede, básicamente, por la noche, cuando grupos de jóvenes se ajuntan para hacer botellón. Los vecinos exponen que los ruidos nocturnos son especialmente molestos en verano, «cuando el consumo es a diario». A partir de otoño e invierno, entre semana el ambiente está calmado, «pero se repite cada fin de semana». Llaman a la policía, «viene una patrulla, los individuos se van, pero al cabo de un rato, ya han vuelto».

    A todo ello se suma el problema del consumo de sustancias, como se comentaba anteriormente, y la presencia de algunas jeringuillas por el suelo. De forma colateral, entre los botellones y el consumo de sustancias hay, también, problemas de limpieza. «Las papeleras no se limpian y se acumula todo tipo de suciedad, cristales, excrementos de animales...», alertan.

    Un nuevo paso de peatones

    Más allá de las problemáticas del Parc de l’Olla, a los vecinos de esta misma zona les preocupa otra cuestión: la falta de un paso de peatones en la altura del número 12 de la avenida del President Macià, en la intersección con la calle de Ramon J. Sender. Por este punto, cruza muchísima gente la avenida, sin haber ningún paso. Y es que consideran que los existentes están demasiado alejados. Las alternativas serían: o el paso que hay en la rotonda de la avenida de Bellissens o, por el otro lado, el que está ya más cercano al Mercat del Carrilet. Entre ambos hay unos 270 metros y los vecinos creen que la distancia es excesiva.

    $!Es habitual que la gente cruce por en medio de la avenida del President Macià, en la altura del número 12. FOTO: Alba Mariné

    Ante el cruce constante de peatones por en medio de la avenida, los vecinos piden en crear un nuevo paso de cebra para mejorar la seguridad. De hecho, no hace falta esperar demasiado rato para ver a algunas personas que se aventuran a cruzar corriendo por esta altura. Hay dos carriles de circulación por sentido, lo que incrementa la peligrosidad. Además, tienen que esperarse en la mediana, entre arbustos, para poder acabar de cruzar. «Ha habido atropellos graves», recuerdan.

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