Quejas entre los comerciantes por las obras del futuro hotel del Pallol

Lamentan la lentitud del derribo, el polvo generado y temen una disminución de clientes con el corte de la calle Hospital

19 mayo 2017 23:14 | Actualizado a 22 mayo 2017 21:36
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«Es la primera vez en muchos años que tenemos que exponer las figuras de chocolate de Pascua dentro de un caja en el escaparate», cuenta indignada Marisa Capdevila, propietaria de la centenaria Confiteria Padreny. El polvo se escurre por todas parte cuando hay obras cerca y los comercios ubicados en la calle Hospital son los que están sufriendo en primera persona el derribo de los nueve inmuebles que configuran la manzana afectada por la construcción del futuro hotel del pallol.

«Recibimos una carta del Ayuntamiento anunciando que el derribo terminaría en dos meses pero de momento los trabajos van muy lentos. De hecho, sólo vemos tres operarios trabajando y no de manera continuada», lamenta Takayo Fukano, la propietaria de la taverna japonesa Bakauma, ubicada hace ya dos años y medio en la calle Hospital y justo al lado del derribo. «Hace una hora que hemos limpiado y ya tenemos que volver a sacar el polvo», asegura.

Con este mismo problema se encuentra la Confiteria Padreny que en el escaparate muestra dulces y pasteles que no pueden permitir que tengan ni una gota de polvo y más cuando ya ha empezado la campaña de Semana Santa y quieren exponer las horas de trabajo que conllevan las elaboradas figuras de chocolate. «Tenemos hecha una Torre Eiffel de chocolate que evidentemente no podemos sacar en el escaparate», cuenta Capdevila.

Cabe recordar que el pasado mes de febrero empezaron los trabajos de derribo distribuidos en dos fases y la previsión de la empresa promotora del hotel, Ginkoplanet, era terminar en el plazo de dos meses. La primera de las dos etapas incluye tirar siete casas -situadas en la calle Hospital y Presó- y la segunda fase, las dos restantes que dan la vuelta por la calle Hospital y Montserrat. Pero de momento, aún se está trabajando en la primera fase y a lo largo de estas semanas, se corta intermitentemente la calle de La Presó y según los comerciantes, en breve se cortará la calle Hospital.

Lógicamente, lo que más preocupa a los comercios es la pérdida de clientes a causa de la afectación de la calle y las molestias que ocasiona la demolición. «Si los padres no pueden pasar con sus niños a ver el escaparate, para nosotros nos destrozan la campaña de Pascua», aseguran desde Padreny. Además, a esta realidad cabe sumar también la enorme nube de polvo que se genera en determinadas horas del día. «Los domingos aprovechan para derruir las partes más importantes y con el polvo en el aire en la calle Hospital no vemos nada», manifiesta la restauradora Fukano quien pide celeridad en el proceso de derribo.

La demolición de esta manzana de casas cuenta además con un escollo que dificulta también los trabajos. El derribo dejará sola una única casa, ubicada en la calle Hospital número 26-28, el propietario de la cual no ha logrado llegar a un acuerdo económico con la promotora como lo ha hecho el resto de viviendas afectadas. De esta forma, este inmueble será la única que seguirá en pie en medio de esta isla.

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