Reus desmantelará los contenedores soterrados y los sustituirá por islas emergentes

Definitivamente, los contenedores soterrados desaparecerán de las calles de Reus. Así lo ha decidido el Ayuntamiento de Reus después de usar este sistema de recogida de basura durante, al menos, 20 años, en la zona del Tomb de Ravals y centro. En su lugar, se irán extendiendo las islas emergentes, es decir, remolques con contenedores portátiles que se instalan a diario a las 19 h y son retirados a las 23 h.

El sistema ya es presente en tres plazas: del Teatre, El Pallol y Argenters (calle del Vidre) y, ahora, se expandirá en nuevas zonas del centro hasta sustituir, por completo, los contenedores soterrados. En cambio, los buzones de la recogida neumática se mantendrán activos.

«Vamos hacia una ciudad limpia, sin olores», subraya el concejal de Medi Ambient i Sostenibilitat, Daniel Rubio. Todavía no ha avanzado el calendario ni cuál será la próxima plaza donde se instaurará el nuevo sistema de recogida de basura, pero señala que es el camino que ya se está siguiendo y que será una realidad en todo el centro.

Según el concejal, el problema de los depósitos soterrados es «el incivismo» y su consecuente imagen de «bolsas de basura esparcidas por el suelo». En cambio, las islas emergentes solo están presentes en horario de tarde/noche y, después, desaparecen, «eliminando el impacto visual y de olores, de manchas en el suelo...», remarca Rubio, que añade: «En el caso que alguien tenga un día una emergencia, puede andar unos metros y usar contenedores en superficie, que siempre están disponibles».

Este nuevo sistema de islas de contenedores emergentes empezó a usarse en Reus en octubre del año pasado en las plazas del Teatre, Argenters y El Pallol. En consecuencia, fueron clausuradas las primeras baterías soterradas, como la de la plaza del Mercadal y los puntos donde hay estas nuevas islas y, de momento, se perciben resultados: «Hemos eliminado esas imágenes de sábados y domingos con cajas de cartón por la plaza Mercadal», recuerda el concejal de Medi Ambient i Sostenibilitat, Daniel Rubio.

Así también lo recuerda Sergi Llambrich, del restaurante Cal Gallisà. Justo delante de su establecimiento, en la plaza Mercadal, había una batería de contenedores soterrados que solía estar rodeada de bolsas de basura. «En muchas ocasiones, no es que los contenedores estuvieran llenos, sino que mucha gente ni siquiera hacía el gesto de abrir el depósito, y dejaban la basura al suelo. El siguiente que venía, al ver bolsas, pensaba que el contenedor estaba lleno y dejaba también la basura en el suelo y se iban acumulando», recuerda. Además, impedía que pudiera tener su terraza delante del establecimiento.

Pero más allá de la problemática personal, «creo que con la eliminación de los contenedores soterrados, ganamos como ciudad», opina Llambrich, que recuerda: «Reus es ahora una ciudad turística, se llena de gente por Navidad, y no podía ser que tuviéramos colas de visitantes en Casa Navàs y a pocos metros, en medio del Mercadal, la basura por el suelo».

Según este restaurador, «los vecinos también ya se han acostumbrado». En esta línea, Rubio señala que la de las islas emergentes «es una solución que ha gustado». «Al fin y al cabo, están habilitados en el horario en el que hay que depositar la basura», recuerda un vecino de la plaza del Teatre. Para él, «es indiferente que sean portátiles o fijos, la función es la misma», añade.

No obstante, también hay visiones más críticas, como la de una pareja que vive en la plaza del Mercadal. Desde hace un año, tienen que desplazarse a la plaza Argenters, en la calle del Vidre, para tirar la basura y consideran que el horario es demasiado estricto. «Sino, tenemos que desplazarnos con la basura hasta los arrabales», señalan, además de considerar que la ciudad «está igual de sucia».

Más allá de los problemas de incivismo relacionados con los contenedores soterrados, otra problemática son las averías. De hecho, la primera batería eliminada fue la del Mercadal, después de una avería durante la Semana Santa de 2022. Los establecimientos de restauración denunciaron olores e incivismo y, finalmente, quedaron clausurados. Así también sucedió con los de la calle dels Recs, también averiados y, después, eliminados. Recientemente también estuvieron inoperativos los de la avenida Prat de la Riba, aunque éstos fueron reparados. Actualmente, están fuera de servicio los de la calle del Hospital.

- Avenida Prat de la Riba

- Calle de la Lleona

- Calle Boule

- Plaza Prim

- Sant Llorenç

- Sant Joan

- Arrabal de Martí Folguera

- Arrabal del Pallol

- Calle del Hospital (inoperativos)

- Plaza de Catalunya

- Calle de Pujol

- Calle de Montserrat

- Arrabal Santa Anna

- Travessera de Sant Antoni

- Calle de Miró (inoperativos por obras)