Tarragona

Crónica

Tarragona se llena de devoción e ilusión con la procesión de Sant Pere en El Serrallo

Como ya es costumbre a finales de junio, todo el barrio marítimo se ha volcado esta tarde en un acto lleno de respeto y admiración en el que la figura del santo ha recorrido todas las calles

Los más pequeños han podido contemplar sorprendidos cómo los portantes desfilaban con Sant Pere en sus hombrosMarc Bosch

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Como ya es típico a finales de cada junio, el barrio del Serrallo, el corazón marítimo de Tarragona, se ha preparado esta tarde para celebrar la festividad de Sant Pere, patrón de los pescadores. Desde primeras horas de la tarde, el ambiente ha empezado a transformarse: vecinos en las calles, miembros de los Xiquets del Serrallo y terrazas llenas de gente que, entre conversación y algo fresco para tomar, miraban los preparativos de uno de los días más representativos del barrio.

A las 19h en punto, las puertas de la Parròquia de Sant Pere Apòstol se han abierto a ritmo de tambores, mientras los portantes, descalzos, entraban para recibir al santo y dar comienzo a la tradicional procesión. Esta, comenzaba liderada por todas las autoridades del puerto, así como por el baile de los gegants y la Vibrieta. 

La imagen del santo, liderando el paso sobre su barco y decorado con múltiples ramos de flores, era sacada por los portantes, entre aplausos del público. Las grallas y tambores comenzaban a sonar para llenar de música y alegría a todos los serrallenses así como para dar inicio al paso y a distintos castells de los Xiquets del Serrallo. El sol, todavía algo fuerte, caía de lleno sobre el paseo del barrio, dando a la escena un aire que parecía casi de cine.

Y así, Sant Pere ya volvía a desfilar por las calles del Serrallo, donde se ha encontrado a numerosos devotos de todas las edades que continuamente contemplaban su presencia. «Es una tradición muy bonita, vengo desde siempre. Mis padres ya me enseñaron la tradición», explicaba Clàudia, vecina tarraconense.

Algunos balcones lucían banderas marineras y mantones, y muchas familias salían a saludar al santo al paso de la comitiva. Los más mayores lo han hecho grabando en silencio con sus teléfonos; los niños, algunos más curiosos, preguntaban a sus padres por qué todo eso era tan importante. El Serrallo, aunque ha cambiado con el tiempo, conserva esa capacidad de transmitir sus tradiciones de generación en generación.

Aunque tras toda la procesión por las calles, se ha vivido el momento más esperado por muchos: la llegada del santo, de nuevo a la Parròquia de Sant Pere. En una plaza que estaba totalmente llena, la Vibrieta abrió paso para que los Gegants y los Petits Pescadors bailaran y desfilaran delante de Sant Pere, que se alzaba glorioso ante unos portantes que han comenzado a arrodillarse para realizar los últimos metros hacia la iglesia. La imagen, como ya suele ser costumbre cada año, ha sido la más emotiva y sorprendente: «Mira que lo he visto muchas veces, pero todavía se me siguen poniendo los pelos de punta», contaba Javier Gómez, vecino de la ciudad.

Entre alguna de las imágenes más graciosas y emotivas de la tarde, se encontraba la del desfile de los Petits Pescadors, que parecían desfilar al mismo ritmo que los adultos, portando una pequeña goleta en sus hombros e incluso algunos de ellos andando descalzos para imitar a los más mayores. Una imagen que ha dejado bastantes risas y comentarios entre los que tal vez no están acostumbrados a seguir la procesión.

Al final de la tarde, y tras más de una hora de procesión, el resultado ha sido el mismo de cada año; satisfacción plena y alegría por parte de muchas familias emocionadas que tenían clara una cosa: seguir manteniendo vivas esta clase de tradiciones tan representativas en los barrios de Tarragona.

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