Tarragona

Polémica médica

Tarragona y el tratamiento del ictus: El Síndic de Greuges investiga la discriminación territorial de Salut

La falta de cobertura permanente de trombectomía en Tarragona y Lleida —a diferencia de Barcelona y Girona— motiva la investigación; la Conselleria de Salut admite en el Parlament de Catalunya escasez de profesionales.

El ictus es la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres.CEDIDA

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El Síndic de Greuges de Catalunya ha iniciado una actuación de oficio para investigar la cobertura del tratamiento de trombectomía mecánica —clave en casos de ictus— en todo el territorio catalán. Según la institución, mientras en Barcelona y Girona este servicio está disponible las 24 horas los siete días de la semana, en zonas como Tarragona y Lleida se limita a horarios reducidos y no está operativo los fines de semana.

Un ictus (o accidente cerebrovascular) es una emergencia médica que ocurre cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se interrumpe, lo que provoca que las células cerebrales mueran por falta de oxígeno.

Este desequilibrio obliga a que muchos pacientes ilerdenses y tarraconenses sean derivados a hospitales de Barcelona cuando el ictus ocurre fuera del horario de atención local, lo que incrementa el riesgo de secuelas graves. 

La relevancia de este desajuste es especialmente alta: el ictus es la segunda causa de muerte en Catalunya y la principal de discapacidad permanente en adultos, y la rapidez en la atención es determinante para reducir mortalidad y secuelas.

Situación en la provincia de Tarragona

En Tarragona, el hospital de referencia es el Hospital Joan XXIII. Actualmente, este centro ofrece servicio de Neurología 24 horas, pero la trombectomía tan solo se practica en días laborables, de 8:00 a 20:00. Si un paciente sufre un ictus fuera de ese horario —noche o fin de semana— debe ser trasladado al hospital de referencia en Barcelona.

Los datos oficiales muestran que en 2024 el Joan XXIII atendió unos 700 códigos ictus, realizó 73 trombectomías y 104 trombólisis. Aun así, uno de cada cuatro casos graves en la demarcación de Tarragona fue derivado a Barcelona.

Durante su comparecencia reciente en la comisión de Salud del Parlamento catalán, la consellera de Salut, Olga Pané, admitió que la razón para no ofrecer trombectomía 24/7 en Tarragona es la “escasez de personal especializado”. Reconoció que el volumen de casos en la provincia es bajo, lo que actualmente impide ampliar la cobertura. Aun así, señaló que ampliar el servicio a 12 horas diarias todos los días sigue siendo un objetivo.

La consellera también destacó que los resultados en Tarragona tras trombectomía son “favorables”: la mortalidad a los tres meses del ictus se sitúa en un 16 % —por debajo de la media catalana del 21 %— y la tasa de éxito en trombólisis también es algo inferior al promedio regional.

¿Qué pide el Síndic? equidad en el acceso

Ante esta situación, el Síndic reclama al departamento de Salud que garantice que todas las personas, “independientemente del territorio donde vivan”, tengan acceso a tratamientos esenciales como la trombectomía. También solicita datos desagregados por comarca sobre secuelas y resultados de pacientes tratados, para evaluar si la actual disparidad territorial puede estar generando discriminación de facto.

Además, plantea extender el servicio a zonas más periféricas, como las comarcas del sur de Catalunya —por ejemplo, las Terres de l’Ebre— donde la asistencia ante ictus graves también podría ser limitada.

Repercusiones para ciudadanos y el sistema

La actuación del Síndic pone de relieve un problema estructural del sistema sanitario catalán: la desigual distribución de recursos sanitarios según el territorio. Aun cuando la evidencia médica señala la urgencia del tratamiento para mejorar el pronóstico de ictus, en Tarragona muchos afectados siguen dependiendo del traslado a centros lejanos.

Para ciudadanos con ictus severo, ese retraso puede marcar la diferencia entre recuperar la autonomía o quedar con secuelas permanentes. Para el sistema sanitario, la derivación constante supone una sobrecarga logística, además de abrir la puerta a posibles desigualdades en la atención sanitaria en función de la residencia.