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Sanidad

Tarragona: equipos médicos de Joan XXIII operan en otros hospitales para reducir listas de espera

Usan las instalaciones de otros centros, como el Pius o Viamed, a cambio de una contraprestación económica

El Hospital Joan XXIII.marc bosch

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Médicos del Hospital Universitari Joan XXIII de Tarragona practican intervenciones quirúrgicas en otros centros del territorio para reducir las listas de espera. Se trata de una práctica que los facultativos llevan haciendo desde la pandemia de la Covid, cuando los quirófanos estuvieron cerrados durante unos meses y las listas de espera se eternizaron todavía más.

Los equipos de facultativos del Joan XXIII –hospital de referencia del sur de Catalunya– utilizan las instalaciones de otros centros sanitarios, como pueden ser el Pius de Valls, el de Santa Tecla y el Viamed –estrenado recientemente y que atiende exclusivamente a pacientes con mutuas o por privado– para descongestionar así los quirófanos del Joan XXIII.

«El objetivo es dar respuesta a la demanda en momentos puntuales de alta ocupación de los quirófanos del hospital. Se utilizan instalaciones externas de manera complementaria para garantizar la actividad quirúrgica», explican desde la dirección del Joan XXIII. El centro quiere dejar claro que el equipo profesional que lidera el proceso quirúrgico en el centro externo es del mismo Joan XXIII. «Es el mismo que lo haría aquí», añaden. A cambio de poder usar sus instalaciones, el Joan XXIII da una contraprestación económica al centro externo. Como una especie de ‘alquiler’ de los quirófanos.

La mayoría de las operaciones que se derivan se hacen por la tarde y son intervenciones que, aparentemente, no deberían representar ningún problema grave. Algunas de ellas pueden ser las cataratas, las varices o las extracciones quirúrgicas de algún diente, entre otros.

La medida genera cierta inquietud para algunos sindicatos y plataformas de pacientes que defienden la sanidad pública, quienes denuncian que se pague una contraprestación económica a centros concertados o privados para utilizar sus quirófanos en lugar de adaptar el hospital público a las necesidades de la población.

«Preferiríamos que la actividad se hiciera en nuestro centro y no tener que derivar a otros hospitales. Pero la realidad es que el Joan XXIII, pese a que hace poco se hicieron unas obras de ampliación en los quirófanos, ya hace tiempo que se ha quedado pequeño en todos los sentidos», explica Marina Roig, del sindicato CATAC-CTS.

Una práctica aceptada

El Joan XXIII no es el único centro público que deriva intervenciones quirúrgicas. De hecho es una práctica aceptada y que se lleva a cabo a casi todos los hospitales públicos con largas listas de espera.

De hecho, hace unos días, la consellera de Salut de la Generaliltat de Catalunya, Olga Pané, explicaba en unas declaraciones en el Parlament que el CatSalut monitoriza mensualmente todas las listas de espera y aseguraba que «activa derivaciones automáticas cuando un centro no puede cumplir con los plazos de referencia, garantizando así la equidad territorial».

Población envejecida

La voluntad del sistema es reducir las listas de espera a toda costa. Sobre todo después del parón de la Covid. La demanda, además, también nace fruto del envejecimiento general de la población y de la mayor complejidad de los pacientes. Actualmente, las personas mayores de 65 años representan un 20% de la población, pero consumen el 47% de los recursos sanitarios.