Una casa situada en el número 30 de la calle Civaderia, en el corazón de la Part Alta, está provocando mucho trabajo a los bomberos. En una semana han tenido que acudir hasta en tres ocasiones después de que se desprendieran trozos del edificio. En la segunda ocasión incluso se tuvo que cortar la calle.
Poco después de las cuatro y media de la madrugada de ayer, los bomberos fueron alertados de un nuevo desprendimiento en este edificio, que se encuentra desde hace años en estado ruinoso, según han denunciado los vecinos. Una dotación se trasladó al lugar y comprobó que había caído un pequeño trozo de la fachada, quedando en el lugar solo restos de polvo. Después de revisarlo volvieron al parque.
Los antecedentes
El primer incidente ocurrió el viernes día 17. A las cuatro y cuarto de la tarde, los Bomberos de la Generalitat recibieron el aviso de que había caído parte de una casa de la calle Civaderia. Una dotación se trasladó al lugar y comprobó que había caído a un patio el revestimiento de una pared maestra.
Los bomberos no realizaron ninguna intervención ya que se trata de una cuestión a solucionar por el propietario. La Guardia Urbana constató que en el edificio no vive nadie y precintó la zona a la espera de la inspección del arquitecto municipal.
El segundo susto se produjo esta misma semana, el pasado lunes. Una vecina alertó a los bomberos minutos después de las doce del mediodía de que había escuchado un ruido muy fuerte y que se veía mucho polvo. Los bomberos comprobaron que había caído un muro, que había ido a parar a un solar lleno de matorral y escombros.
«Estamos trabajando»
Según el Ayuntamiento, es una pared que separa un edificio privado vacío de un solar municipal. Las lluvias de los últimos días han actuado de desencadenante.
En referencia a este hecho, el concejal de Territori del Ayuntamiento de Tarragona, Xavi Puig, asegura que «desde el primer desprendimiento, nuestros arquitectos y los de la propiedad han evaluado la situación y están trabajando para asignar los trabajos de protección vía emergencia. En ese momento ya decidimos cortar la calle para mayor prevención».
Los próximos días se harán varias supervisiones y trabajos en esta edificación y su entorno. Se trata de parar el golpe primando la seguridad, según el edil
Ya más a medio y largo plazo, hay dos soluciones complementarias a estas situaciones de degradación. Una la implementó el penúltimo pleno municipal, con la modificación del POUM en la Part Alta. Este cambio facilita mucho la rehabilitación de los edificios en mal estado en el casco histórico, camino que antes estaba lleno de rigideces e incertidumbres.
La otra solución la emprenderán pronto con la incorporación de dos personas para realizar tareas de inspección. Se está estudiando que se les asigne también la función de controlar las ITE (Inspección Técnica de Edificios) en los casos más envejecidos.
Puig añade que heredan una situación complicada en este ámbito, «en parte porque, no nos engañemos, no es sencillo e implica un esfuerzo municipal importante. Esfuerzo a evaluar en un contexto de crisis, lo que dificulta aún más las cosas». Finalmente asegura que «para eso estamos, para afrontar los problemas y revertir la degradación de algunas partes de Tarragona. Estimular la rehabilitación es uno de los retos más importantes que tenemos por delante».
