Cuenta atrás para la nueva rotonda de acceso a Icomar

Los coches todavía no pueden dar la vuelta completa a la nueva rotonda de Bricomart. Sin embargo, las obras prácticamente están acabadas, se ha plantado la vegetación y en cuestión de días entrará en funcionamiento la glorieta que supone una transformación de todo este ámbito entre el barrio de Icomar, el acceso al polígono Francolí y la carretera que enlaza Ponent con el centro.

Si no hay cambios en los próximos días la inauguración está prevista para el próximo 20 de octubre. Tan solo falta rematar los últimos detalles antes de la entrada en funcionamiento de una infraestructura, que nació para dar respuesta a la nueva movilidad que se generará con la implantación de la firma de bricolaje en el polígono, y que ha acabado convirtiéndose en una actuación de calado. «Supone una transformación urbanística importante que va en la línea de convertir la antigua carretera nacional en una avenida», según el concejal de Territori, Xavier Puig.

El proyecto ha introducido varios cambios respecto a la propuesta inicial, a raíz de las conversaciones con los vecinos. Y es que, la construcción de la nueva infraestructura ha supuesto un lifting en la fachada frontal de Icomar. «Hemos negociado muchos puntos para recoger las diferentes sensibilidades, lo que ha hecho que al final sea un proyecto muy participado», indica Puig. El primer borrador lapidaba el circuito único de circulación dentro de Icomar. Esta era una reivindicación por la que habían estado luchando los vecinos y al final se ha mantenido, ya que se consideró que «podía incrementar notablemente el tráfico». Al final, se ha mantenido este sentido único de las calles principales, invertiendo el sentido de circulación de forma que se entrará por el vial junto al campo de fútbol y se saldrá por Horta Gran.

Este diálogo con los vecinos también ha permitido consensuar los cambios en las paradas del autobús, la carga y descarga y el aparcamiento. Esta ha sido una parte especialmente sensible ya que se han eliminado las plazas que quedaban en la entrada del barrio. En este espacio, Icomar ha ganado una plaza frontal, con una zona verde que se está plantando y que prioriza la movilidad de los viandantes. «Ganamos una fachada más bonita en un espacio que estaba muy dejado y un barrio más peatonal», indica Puig.

Esta priorización de los viandantes también ha comportado que se haya prescindido de una parte de los terrenos que quedaban en el córner del campo de fútbol, para ensanchar la acera para los peatones, además de mantener el carril bici. «Ganamos más metros para los viandantes y esto va en la dirección en la que queremos que vaya la N-340, con buenas aceras, carril bici y un espacio para el autobús y el tranvía», añade el tercer teniente de alcalde. Con la entrada en funcionamiento de la nueva glorieta se espera mejorar también la seguridad para los conductores, en una zona muy transitada que coincide con la intersección de la N-340 ‘a’ y ‘b’.

El Ayuntamiento defiende la «importancia» de involucrar al sector privado en este tipo de proyectos que «no tan solo benefician a la empresa, sino al conjunto del barrio y de la ciudad». Bricomart habrá invertido cerca de un millón en esta actuación que se consideró clave para mejorar la movilidad de la zona, delante del incremento de tráfico que se prevé que comportará la entrada en funcionamiento del nuevo establecimiento. En paralelo a las obras de la rotonda avanza la construcción de la nave que ocupará la firma comercial, que abrirá su primera tienda en la demarcación antes de acabar el año.