Los libreros no se asustan ante la llegada de Casa del Libro a Tarragona
Consideran que la ciudad ya tiene suficientes propuestas y confían en sus clientes fieles

Libreria El Soterrani de Tarragona, la última que ha abierto en la ciudad.
La apertura de una tienda de Casa del Libro en Tarragona hacia final de año no inquieta en demasía a los libreros independientes de la ciudad. Reconocen que los lectores «son los que son» y que tendrán que sufrir la novedad, como siempre ocurre cuando abre un nuevo establecimiento. Eli y Dolors, libreras de El Soterrani, opinan que «el perfil de cliente que compra en este tipo de tiendas seguramente será el mismo que el del Corte Inglés. Por tanto, no es un perfil que vaya a las librerías independientes. Es como la persona que va a hacer la compra de la semana y se lleva el último de Stephen King. Queremos pensar que es un público que será difícil que perdamos porque ya lo tenemos perdido desde el principio. No tenemos tantos clientes ocasionales», dicen.
Gertri Adserà, propietaria de la librería más antigua e icónica de la ciudad, considera que Tarragona ya tiene suficientes propuestas –cinco– y «lo que aportan tiendas como Casa del Libro, normalmente los demás ya lo tenemos. Creo que la novedad la sufriremos todos. Ya pasó con Abacus. Después de unos meses todo vuelve a su cauce. Pero lo que está claro es que el pastel es el que es, el número de lectores es el que es y habrá más oferta entre la que repartir».
En cualquier caso, los libreros consideran que ya compiten a diario con grandes grupos como Amazon y confían en la fidelidad de sus clientes.
«No tenemos ninguna duda de que el cliente fiel seguirá viniendo», dice Omar El Gabry Bravo, empleado de La Capona. No obstante, manifiesta que «vuelve a ser un centro comercial y no una librería, el que ofrece libros. Es la relegación del libro, la inmediatez. El hecho de pasear por la calle y entrar en una librería desaparecerá. Los negocios de barrio estamos condenados a desaparecer en pos de estos grandes centros. Y también está el tema del aparcamiento. En Gasòmetre, por ejemplo, es casi misión imposible».