Los mayores de TGN, más solos y con menos autonomía

Un estudio sobre el impacto de la pandemia muestra que uno de cada tres necesitaría apoyo para hacer labores de la vida diaria y no lo tiene. Más de la mitad ha visto debilitarse su red social

12 marzo 2022 19:00 | Actualizado a 13 marzo 2022 15:21
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Probablemente no se trate de un grado de dependencia tan importante como para ser reconocido, sino de actividades cotidianas que se van haciendo cuesta arriba: cocinar, limpiar la casa, asearse, salir a la calle, ayuda para llevar la compra más pesada a casa (especialmente cuando hay barreras arquitectónicas)... Son dificultades a las que las personas mayores se van enfrentando con los años, pero que la pandemia se ha encargado de acelerar.

Esta es una de las realidades que ha constatado el estudio que ha realizado el Institut Municipal de Serveis Socials de Tarragona (IMSST) con la colaboración del Departament d’Antropologia, Filosofia i Treball Social de la URV para medir el impacto de la pandemia en la vida de los tarraconenses. Fue un estudio longitudinal, es decir, se encuestó a las mismas personas en dos momentos diferentes: entre el inicio de la pandemia y el postconfinamiento. Hubo dos encuestas, una para la población general y otra para mayores de 65 años.

Privación social

Una de las conclusiones del estudio es que «la pandemia ha supuesto un aumento en la privación para realizar actividades que requieren el apoyo de otras personas... Una de cada tres manifiesta no tener ninguna ayuda para realizar actividades instrumentales de la vida diaria, un 32,9% tiene problemas para limpiar su casa, un 20,7% tiene dificultades para ir a comprar productos básicos, el 16% no tiene apoyo social para salir a la calle de forma acompañada...».

Y es que, como reconocen los encuestados, más de la mitad, el 52,5%, ha visto cómo se ha debilitado su red social con la pandemia. Maria Jesús Costa, Coordinadora del Equip d’Atenció a Gent Gran i Dependències del IMSST, recuerda que hubo muchos factores que influyeron en esta ruptura, como los confinamientos, el miedo de los familiares y de los mayores al contagio, el cierre de los centros de día y las llars de jubilats... «Y cuando por fin han salido a la calle se han encontrado con una vida muy complicada, en que todo es telemático...». Son todos ingredientes que han incrementado el sentimiento de soledad que dicen sentir los mayores. Pasó del 20% en la encuesta del principio de la pandemia al 32,9% después del confinamiento. El impacto en los estados de ánimo también es claro, un 41% dice sentirse nervioso frecuentemente; un 35,4%, melancólico; un 35%, triste, y un 34%, irritado.

Habrá más peticiones de ayuda

Así pues, no es de extrañar que haya crecido el número de mayores que cree que va a necesitar ayuda de servicios sociales. En la segunda parte de la encuesta el 19,7% decía que lo necesitaría, aunque un 2,2% reconocía que, aun necesitándolo, no lo pediría.

Además hay que tener en cuenta que Seveis Socials es la primera puerta que se toca para tramitar la ley de dependencia. De hecho, un 7% de los encuestados tenía intención de hacer el trámite.

Todo apunta pues a un aumento de la demanda de servicios sociales. Preguntada sobre si habrá más recursos, la concejala del área y presidenta del IMSST, Inés Solé, señala que «el estudio evidencia que esta es una de las partes de la población que más ha sufrido con la pandemia y, en justa correspondencia, pondremos todos los recursos, todas las posibilidades que tenemos para atenderlos». No concreta si se aumentarán los recursos pero sí habla de una ‘redistribución’ de los mismos «para que nadie se quede atrás en esta situación».

En este sentido, Jessica Cantos-Egea, técnica de l’equip d’acció comunitària inclusiva de Tarragona y una de las autoras del estudio del impacto de la Covid, opina que una de las reflexiones que deja el mismo es que «habrá que romper con el estereotipo de que todo tiene que recaer sobre servicios sociales. Tenemos que crear políticas para dar cobertura desde diferentes departamentos del Ayuntamiento y desde diferentes ámbitos».

Poner el foco en la soledad

Además de estas encuestas, el IMSST, en colaboración con Creu Roja, está concluyendo un estudio en profundidad sobre la soledad no deseada entre los mayores. En el mismo se ha entrevistado a 317 personas mayores de 80 años de la Part Baixa, una de las zonas más envejecidas de la ciudad, donde, además, los inmuebles son más antiguos.

Apunta Solé que «con todos estos datos vamos a reformular la estrategia y a fortalecer los puntos que haga falta, también con el apoyo de las entidades».

En lo inmediato, explica Solé, se podrán recuperar programas que se vieron paralizados por la pandemia, como ‘Àpats en companyia’, en el que mayores en riesgo de sufrir aislamiento se juntan con otros mayores para comer en la Llar de Jubilats. La prueba piloto se puso en marcha en La Granja en 2019, pero se paralizó con la pandemia.

La situación sanitaria también obligó primero a paralizar y luego a transformar las actividades del programa Gent Gran Activa. Con todo, el año pasado participaron en el programa 933 personas, el 87% de ellas, mujeres.

El programa cuenta, además, con un psicológo que el año pasado dio asesoría a 23 personas. Su trabajo se completa con el de los dos psicólogos que tiene Serveis Socials para Gent Gran.

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