Más de 1.200 familias tarraconenses recurren por primera vez a Serveis Socials

Más de la mitad de los nuevos usuarios vive en el centro de la ciudad. La ayudas municipales de emergencia para alimentación casi se han multiplicado por cuatro este año

21 diciembre 2020 18:50 | Actualizado a 22 diciembre 2020 06:23
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Entre enero y septiembre de este año 1.282 familias acudieron por primera vez a una oficina del Institut Municipal de Serveis Socials de Tarragona, IMSST. Entre esas familias ‘nuevas’ en Serveis Socials, el 54% provenía del centro de la ciudad. Es uno de los datos más relevantes del balance que presentó ayer la presidenta del ente, la concejal Carla Aguilar-Cunill y que da idea de la crisis social que acompaña a la pandemia de la Covid-19.

Si se comparan los datos de los tres primeros trimestres de este año con los del año pasado, el número de familias atendidas creció en un 19% solo en lo que tiene que ver con los servicios sociales básicos; es decir, aquí no se tienen en cuenta servicios especializados como los que se ocupan de las personas sin hogar o de las víctimas de violencia de género. Tampoco otros servicios como las comidas a domicilio a personas vulnerables que crecieron de 90 a 130 tras la pandemia.

Así, en un año se pasó de atender a una proporción de 73 personas por cada mil habitantes de la ciudad a atender a 81.

Las ayudas que más han aumentado son las de emergencia, las que se dan para alimentos, alquiler o para paliar la pobreza energética. Dichas ayudas han llegado este año a 1.617 familias, un 55% más que el año anterior. También ha tenido que crecer el importe que se destina a estas ayudas que pasó de 210.576,97 € a 383.507,59 €; un 82% más.

Alimentación, lo que más crece

Entre las ayudas de emergencia el incremento más llamativo es el de las ayudas para alimentación. En un año se pasó de atender 355 familias a 1.273. El número de ayudas se multiplicó un 355% y el importe económico también creció en un 346%.

Respecto a los perfiles de las personas usuarias apenas ha habido variaciones este año. Entre el 56 y el 57% de las personas que buscan ayuda son mujeres y entre el 43 y el 44% son hombres. La edad también se mantiene. La media de las mujeres está en los 49 años y la de los hombres en los 44.

La proporción de personas extranjeras atendidas sí que subió del 31% al 36%, aunque Neus Gimeno coordinadora de planificación y gestión del IMSST, encargada de presentar los datos, recordaba que los trámites para la regularización de los migrantes han estado paralizados. Además, «las personas migradas acumulan más desventajas», apuntaba.

Las problemáticas por las que los usuarios acuden a Serveis Socials son diversas, pero en este período la que encabeza la lista ha sido el tener «ingresos insuficientes» motivo al que aludía el 21%. Se trata de personas que cuentan un salario producto de su trabajo o algún tipo de ayuda económica, pero estos ingresos no son suficientes para hacer frente a sus necesidades básicas.

El siguiente grupo, el 15%, son personas que no tenían ningún ingreso. En este punto Josep Miquel Bertran, gerente del IMSS, recuerda que especialmente durante el confinamiento hubo muchos trabajadores que fueron incluidos en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo, ERTE, y tardaban en comenzar a cobrar la prestación.

El tercer sector, clave

Para poder atender toda la demanda que se ha disparado debido a la pandemia el IMSST incorporó, a partir del mes de julio, a ocho trabajadores sociales y un psicólogo para apoyar una primera intervención en las áreas básicas del servicio. El centro de Serveis Socials donde más se incrementó la atención fue el de Sant Pere i Sant Pau, donde creció en un 44%, seguido del de la Part Baixa, un 23%.

Pese a que el confinamiento obligó a transformar la actividad en telemática, en junio se recuperó la atención presencial, aunque el equipo se tuvo que dividir en tres para poder hacer grupos y así evitar que el servicio pare en caso de contagio. Además, se debió dotar al personal de ordenadores y teléfonos para poder hacer el seguimiento a distancia. También se han retomado las visitas a domicilio en los casos en que es necesario.

En este sentido Bertràn señaló que, de cara al año que viene, será prioritario mantener la atención presencial, «es clave que la gente pueda ir a un espacio físico», dijo. Considera que en el 2021 «la situación va a ser igual de complicada y nos estamos preparando para hacer seguimiento a estas familias» dijo.

Pero más allá del trabajo de los técnicos, el ayuntamiento reconoce que el apoyo de las entidades del sector ha sido fundamental para poder dar una respuesta rápida durante la emergencia. En este sentido Agular-Cunill agradeció el trabajo de todas y en particular a las entidades con las que tienen convenios de colaboración: Cáritas, Creu Roja, Joventut i Vida, Formació i Treball y Fundació Bona Nit.

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