Whatsapp Diari de Tarragona
  • Para seguir toda la actualidad desde Tarragona, únete al Diari
    Diari
    Comercial
    Nota Legal
    • Síguenos en:

    El futuro de Vandellòs y Ascó sin las nucleares

    16 abril 2024 20:18 | Actualizado a 17 abril 2024 07:00
    Participa:
    Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
    Comparte en:

    El proyectado cierre de las tres centrales nucleares ubicadas en Tarragona, Ascó I y II y Vandellòs II –la I se cerró a raíz del incendio que sufrió en 1989– y el futuro de las localidades que albergan estos complejos son temas que merecen una profunda reflexión.

    Según los anuncios realizados por el Gobierno, el primer reactor en cesar su actividad será Ascó I, en 2030; Ascó II lo hará en 2033 y Vandellòs II, en 2035. Por una parte, esta decisión genera no pocas reticencias entre los expertos del ámbito de la energía, toda vez que las tres centrales producen el 58% de la electricidad que consume Catalunya, y surge la duda de que las energías renovables puedan llegar a alcanzar esta capacidad –para compensar el cierre de las tres centrales nucleares habría que multiplicar por cinco las instalaciones solares actuales–.

    La distribución del Fons de Transició Nuclear y su uso deben alejarse de intereses políticos y primar las necesidades de estas localidades

    Pero más allá del debate energético, la otra derivada de la clausura de las nucleares es la necesidad de garantizar el futuro de unos municipios que han tenido en estas centrales la clave de su actividad económica y de empleo.

    De hecho, la aportación de la nuclear supone un tercio del presupuesto de L’Hospitalet de l’Infant, siendo mucho mayor aún en Ascó, donde es prácticamente un monocultivo.

    De entrada, el cierre de las centrales comportará la desaparición de 3.000 puestos de trabajo directos e incidirá fuertemente en el tejido económico de ambos municipios. Para paliar este golpe, en 2020 se creó el Fons de Transició Nuclear, dotado de unos 70 millones anuales que proceden del impuesto que grava con un 50% los ingresos relacionados con las actividades de origen nuclear. Este dinero es fundamental para que las localidades afectadas preparen el terreno para atraer nuevas empresas que diversifiquen su economía y contribuyan a crear empleo y riqueza.

    Se trata de un asunto lo suficientemente importante como para que la distribución de este dinero y su uso se aleje de intereses políticos y primen las necesidades de estos pueblos, que deben tener peso en los lugares donde se toman las decisiones.

    Comentarios
    Multimedia Diari