Bill Murray se mete en la piel de un divertido cascarrabias en 'St. Vincent'

Bill Murray venía buscando un papel que lo catapultase otra vez hacia los puestos de gran cómico que llegó a ser. Hace sólo un año en ‘Monuments men’, ofrecía un trabajo bastante discreto y tampoco se podía explayar como a él le hubiera gustado. Hace unos meses, en ‘Gran Hotel Budapest’, tampoco podía sacar a lucir toda su capacidad cómica, como sí hizo, por ejemplo, en 1993 en la recordada ‘Atrapado en el tiempo’

Precisamente, tendríamos que viajar en ese tiempo hasta 2003 para ver uno de sus mejores trabajos en ‘Lost in translation’ que, por cierto, no era precisamente muy cómico.

Ahora, se encuentra como anillo al dedo con un papel que le viene que ni pintado en esta tragicomedia de refrescante heterodoxia. Pero Murray, antaño ‘Cazafantasmas’, no es el único que está bien en la película. Melissa McCarthy, Naomi Watts, Chris O’Dowd o Terrence Howard son también protagonistas de una historia en la que Murray se convierte en un nuevo Jack Nicholson, mientras sus compañeros de reparto son como círculos concéntricos alrededor del experimentado actor de Wilmette.

La película cuenta la historia de un chico cuyos padres se acaban de divorciar. La situación no es sencilla para él, le cuesta aceptar la nueva realidad y lo está pasando mal. Sin embargo, las cosas cambian cuando conoce al vecino que vive al lado de él. El hombre es un veterano de guerra misántropo, cascarrabias y hedonista, y aparentemente no tienen nada en común. No obstante, entre ambos se establece una extraña relación de amistad y el hombre se convierte en el mentor del chico. Lo dicho, un papel para Nicholson pero con un excelente Murray.