Doy el pecho a mi hijo de 4. ¿Y qué?

La lactancia después del año ya no es cosa rara. Los pediatras ven beneficios y las madres piden respeto

19 mayo 2017 17:05 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:58
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Andrea Lorente es licenciada en ciencias ambientales, profesora de biología en un instituto, asesora de lactancia en la asociación Do de Pit y madre de dos hijos. La mayor, de 8 años, tomó el pecho hasta los cuatro años y el pequeño, que ahora tiene esa edad, sigue mamando y de momento no parece estar cerca el momento de destetarle.

Con su hija mayor hubo un poco más de resistencia en su entorno; con el segundo ella ya había dejado claro que hasta cuándo dar de mamar a sus hijos era decisión suya. Con todo, apunta, la presión social está allí y sólo les da el pecho (llegó a hacerlo con los dos a la vez) en su casa o en la de los abuelos.

Y ¿por qué seguir? Lorente comienza a enumerar todos los beneficios nutricionales y de salud. Sus hijos, asegura, no sólo se enferman menos, sino que, cuando están enfermos, aunque les cueste comer, siguen tomando leche materna. Además está el aspecto emocional, el pecho les calma y a ella le viene muy bien ese momento de mimos.

Las mujeres que, como Lorente, deciden prolongar la lactancia des pués del año comienzan a ser más, aunque la decisión suele guardarse en la intimidad de la familia. Así lo confirma Ana Pacheco, abogada y presidenta de Do de pit, quien recuerda que se sintió juzgada cuando en la clase de P3 de uno de sus hijos se supo que ella seguía dándole de mamar. «Este niño está viciado», es de esas frases que le tocaba escuchar.

Recuerda Pacheco que la generación de las abuelas y bisabuelas vivió una realidad muy distinta y apunta que algunas mujeres durante la guerra iban a la cárcel a dar de mamar a sus maridos.

Y es que hasta principios del siglo XX la lactancia había sido la norma hasta los 2-3 años de edad. La aparición de las leches de fórmula y los cambios sociales modificaron las costumbres.

Camino cuesta arriba

Pero, para ser realistas, explica Pacheco, muchas madres no llegan ni al año de lactancia por muchos motivos, principalmente el laboral. «Sacarse la leche no tarda más que fumarse un cigarro, pero está mal visto y a la madre se le hace un mundo». Lorente también apunta que falta información por parte de los sanitarios que indican dejar de dar el pecho a las primeras de cambio: «Conocí a una mujer que le dijeron que lo tenía que dejar porque le iban a congelar una verruga del pie».

Con todo, entre quienes deciden prolongar la lactancia hay que tener en cuenta aspectos básicos, como cumplir con las recomendaciones del pediatra para introducir otros alimentos a los seis meses. La presidenta de la Asociación Valenciana de Pediatría, Pilar Codoñer, también advertía recientemente en un congreso sobre el tema que no se debe «estigmatizar ni esclavizar» a las madres que sigan un camino distinto y no quiera seguir dando de mamar a sus bebés.

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