La batalla por un sitio en la orilla

En muchas playas de la Costa Daurada es cada vez más habitual ver sombrillas y hamacas sin dueños, que montan a primera hora de la mañana y no vuelven hasta el mediodía

19 mayo 2017 18:24 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:53
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Ir a la playa a primera hora de la mañana es, para muchos, dejar las hamacas, sombrillas, toallas y demás pertenencias y marcharse a casa para volver al cabo de tres o cuatro horas. De esta manera, la gente que lo hace se asegura un sitio justo en primera línea del mar, casi tocando el agua con los dedos de los pies. Para muchos, esto es ya una rutina. Para otros, la rutina es llegar a la playa, ver una fila de hamacas, sillas y sombrillas vacías justo delante del mar, y no poder hacer nada.

Son las diez de la mañana en una playa de Cambrils y aún hay sombrillas y hamacas sin dueño justo en primera línea de la costa. Pese a esto, poco a poco, muchas de las sillas van recibiendo a los primeros bañistas. Las opiniones son dispares, pero casi todos están de acuerdo en algo: no es justo que dejen sus pertenencias sin dejar prácticamente espacio a los demás y, sobre todo, muchos opinan que haría falta algún tipo de regulación sobre el tema.

Casi sin espacio

Uno de los factores a los que más afecta el hecho de ‘reservar’ sitio es el espacio. Sin duda, las playas son grandes y extensas, pero los más madrugadores dejan las sombrillas justo delante del agua, sin dejar prácticamente ningún espacio para aquellos que disfrutan dando largos paseos por la orilla del mar.

«A nosotros nos gusta caminar un poco y no puedes porque está todo cogido», dice Ana, de Cambrils, una bañista que se muestra totalmente en contra de que la gente deje sus pertenencias a modo de ‘reserva’. Pilar, una mujer de Barcelona, también cree que lo que hacen es «exagerado» ya que prácticamente no dejan espacio alguno y «no puedes llegar al agua», se queja. Carlos, otro turista que repite año tras año en las playas de Cambrils, también tiene claro que el problema principal cuando ‘reservan’ un trozo de arena es el espacio. «Una cosa es ponerse a dos o tres metros de la orilla y otra es ponerse justo pegados, todos tenemos que convivir en la playa y la gente que quiere ‘reservar’ también tiene que ser consciente de que hay quien quiere pasear o simplemente pasar», aclara Carlos.

Pero no todo son quejas, y es que hay personas que consideran que este problema es casi inexistente, al menos en la zona de Cambrils y Salou, o que, simplemente, no les molesta. «Estamos en un país libre, si ellos quieren dejar las cosas para guardar sitio, que lo hagan», dice José Antonio, un aragonés que está de vacaciones en Cambrils. Por otra parte, Esther, otra bañista, considera que «no es un problema exagerado ni tampoco molesto».

¿Y las familias?

Si hay algo poco usual a primera línea del mar son las familias con niños pequeños, algo extraño teniendo en cuenta que deberían poder disponer de un sitio cerca de la orilla para poder vigilar y controlar a los más pequeños. Este es otro problema de las ‘reservas’ en la playa. «Hay familias con niños que si no pueden venir un poco antes ya no tienen sitio. El otro día nosotras mismas vinimos con los niños y para encontrar sitio en primera línea lo tuvimos difícil, viniendo ya pronto», dice Ana, de Cambrils, dejando clara su postura acerca de la preferencia que deberían tener las familias con niños antes que otros bañistas para tener sitio cerca del mar.

Otros bañistas comparten la opinión de Ana, como es el caso de Aitor, un joven de Barcelona, que cree que el espacio más cercano al agua debería ser para aquellas familias o personas que van con niños a su cargo. «Los niños lo necesitan porque los padres tienen que vigilarlos o simplemente quieren jugar con ellos en la orilla, hacer castillos de arena… y no pueden porque está todo lleno», aclara este turista.

Regulación

Este es un problema cada vez más común que, en algunas ocasiones, acaba en disputas. Por lo tanto, en muchas localidades costeras ya han impuesto regulaciones legales con tal de controlar esta actividad. Este es el caso de Torrox, en Málaga, y Torrevieja, en Alicante, donde ya es el segundo año en el que ponen en práctica las regulaciones y multas para aquellas sombrillas y hamacas sin dueño. Este año, sin embargo, se han sumado más municipios costeros a esta iniciativa, como Gandía. En cuanto a Catalunya, Cunit es otro ejemplo de localidad que prohíbe colocar sombrillas o hamacas para guardar sitio en la playa. Por otra parte, las playas de Cambrils, Salou, Tarragona y La Pineda no tienen ninguna regulación al respecto.

Sobre esto, la mayoría de bañistas opinan que, aunque si bien es cierto que se necesita una cierta regulación en el asunto, no ven bien llegar al extremo de retirar las pertenencias de aquellos que “reservan” una parte del espacio público ni de poner multas. “Lo de sancionar me parece un poco duro y difícil ya que no sabes si han dejado la hamaca y se han ido a dar un paseo para volver a la media hora”, dice Pilar. Ana Mari, una turista procedente de Bilbao, también comparte la opinión de Pilar y aclara que «tendrían que avisar y ya en todo caso si no se respeta la norma proceder a retirar las pertenencias».

‘Más controlada’

Otros bañistas, como Carlos, están en contra de que las sanciones sean «tan duras como para llegar al extremo de poner una multa o retirar pertenencias». A pesar de esto, Carlos cree que «tristemente esta actividad se acabará regulando porque la gente que ‘reserva’ sigue sin pensar en los demás».

Acerca de este tema, Marcos, un socorrista de la zona, opina que esta actividad debería estar regulada y que, de hecho, mucha gente que va a bañarse a la costa de Cambrils cree que el mismo socorrista puede prohibir a los demás que dejen sus pertenencias en la playa. «Mucha gente viene y se queja, pero yo sobre eso no tengo responsabilidad porque además no está regulado, y aun estándolo, sería trabajo de la policía». Este joven socorrista también opina, como el resto de bañistas, que esta actividad debería estar «más controlada». Pese a esto, mucha gente ya lo ve como «algo habitual», y, de hecho, cada vez lo es más, según los bañistas de esta zona de Cambrils.

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