Bonastre quiere salvar un jardín con 2.000 especies de cactus

Un grupo de vecinos impulsa una campaña para la conservación de la singular creación de Antonio Díaz. El llamado ‘Señor de los cactus’ murió hace un mes

16 diciembre 2019 14:10 | Actualizado a 16 diciembre 2019 17:22
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Hay tesoros que permanecen desconocidos durante años. Quizá sólo saben de su existencia donde fueron creados. Y quizá para muchos que veían cómo surgían cuando empezaron a ser una realidad, eran difíciles de comprender.

¿Por qué Antonio Díaz comenzó a trabajar con ese empeño en aquella finca que compró en Bonastre? Antonio Díaz llegó a la pequeña localidad del Baix Penedès en el año 2000. En una zona boscosa a la que sólo se puede llegar por una pista forestal, vislumbró su sueño.

Compró el terreno y empezó a trabajar la tierra con sus propias manos. La localidad es reconocida por la calidad ambiental de sus tierras y sus viñedos. Pero Díaz no tenía en mente las cepas. Para sorpresa de quienes veían lo que iba aflorando.

Pasión

La pasión por los cactus que tenía Díaz le hizo imaginar el que iba a ser uno de los jardines más singulares dedicados a esta espinosa planta.

El Señor de los cactus, como le conocían en Bonastre, llegó a crear un jardín en el que pueden verse hasta 2.000 especies de esa planta, procedentes de diferentes puntos del mundo.

Quizá esté entre los jardines dedicados a los cactus más completos del mundo si se tiene en cuenta que en el planeta sólo existen 2.500 especies distribuidas en 200 géneros. Unas plantas que comenzaron su evolución hace unos 50 millones de años.

Antonio Díaz, que fue informático de profesión, también era un gran viajero y de allí a dónde iba traía cactus. De Perú, de Chile... De todo Norteamérica, que de hecho es donde se sitúa el origen de esta planta, aunque también las hay en Madagascar o Ceilán. Llegó a Europa hace relativamente poco. Unos cientos de años.

Es difícil no encontrar en el jardín de los cactus de Bonastre alguna especie de diferentes formas, tamaños, características y antigüedad. Durante años Antonio Díaz logró crear esa fantasía puntiaguda.

Hombre muy discreto en Bonastre, trabajaba en su jardín todas las horas. Siempre se le podía ver cuidando a sus cactus. En esa finca también construyó una serie de balsas que recogen agua de lluvia para regar los ejemplares.

Pétrea

El Señor de los cactus era además el Señor de la piedras. En una última época Antonio Díaz incorporó a su jardín creaciones con piedras.

Cualquier roca, canto, pedrusco, guijarro o china en el que encontraba belleza natural lo incorporaba a su jardín formando creaciones, obras en equilibrio y otras pétreas expresiones.

«Piedra que veía, piedra que cargaba en su coche y colocaba artísticamente en el jardín», explican los vecinos que han visto durante años la evolución de esa singular obra en plena naturaleza.

Pero ahora se teme un futuro incierto para ese sueño de cactus y piedras. El Señor de las piedras y de los cactus falleció el pasado 13 de noviembre y muchos de los que colaboraron en los últimos años con él, advierten que ese singular jardín único debe protegerse, cuidarse y mantenerse.

Un grupo de vecinos ha activado una plataforma «para encontrar alguna manera de que pueda conservarse». Porque destacan que es un símbolo para el municipio. Una de las prioridades pasa por preservar la zona ya que es muy accesible. De hecho junto a ella pasa un sendero que es habitual de caminadores.

Muestra xerófila

La creación de cactus y obras de arte no está vinculada a una vivienda, por lo que puede ser más vulnerable. Miembros del grupo vecinal que se ha conformado para salvar esa muestra de botánica xerófila explican que la iniciativa de salvar el singular rincón en las montañas de Bonastre «sale de un grupo de personas que estábamos entorno a Antonio Díaz. Debe encontrarse alguna forma de poder mantenerlo».

En este sentido esperan que las administraciones puedan colaborar para mantener no sólo el trabajo realizado durante casi 20 años, sino que el que debería ser un elemento de promoción

De hecho, aunque menos conocidos que otros espacios verdes, los jardines de cactus tienen cada vez más adeptos que destacan que muestran una gran belleza sin necesidad de tanta agua como las especies de campiñas como la británica. Es una modalidad que se está imponiendo en viviendas particulares.

Por el mundo

Salvando las distancias, el jardín de Bonastre atesora un muestrario de cactus de todo el mundo. Cuenta con tantas especies como el Huntington Desert Garden, San Marino (California), el Arizona Cactus Garden de Universidad de Stanford (California) o el más cercano Jardín Botánico de Cactus Mora i Bravard de Málaga.

Este último se presenta como una de las mejores colecciones de cactus de toda Europa con sus 11.000 ejemplares de 2.200 especies diferentes. La obra del vecino de Bonastre atesora 2.000 especies. El reconocido Jardín de Cactus de Lanzarote, obra de César Manrique, cuenta con ejemplares de 450 especies.

«Es un patrimonio que no debe perderse», claman los vecinos.

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