Hace unos días un pesquero divisó un patín a vela a la deriva sin ningún tripulante frente a la costa de Coma-ruga. Dió aviso y Salvamento Marítimo rescató la embarcación y la llevó al puerto de Segur de Calafell a la espera de intentar localizar al propietario.
Se informó a cofradías y puertos por si alguien podía conocer al dueño. Sólo se tenía la pista de que el patín a vela senior tenía la inscripción de No Surrender y el número 2511.
Como se temía, que esa barca estuviese a la deriva fue por un acto de vandalismo. No es la primera vez. Patinadores de la zona explican que se ha puesto de moda que tras un botellón en la playa, la pretendida gracia es lanzar al mar un barco que reposa en la arena.
Viento
Como informa CMDsport, el patín es de una vecina de Coma-ruga. Tenía la barca en el varadero para este tipo de embarcaciones. La madrugada del martes un grupo de vándalos botó el patín con su funda y el viento de terral lo llevó mar adentro dejándolo a la deriva.
La propietaria señala la impotencia de ver a grupos que hacen botellón y que además de suciedad causan daños en las barcas. Lamenta que las autoridades no hagan nada para evitarlo.
La situación preocupa porque parece que se ha convertido en una vandálica gracia. En la noche de este miércoles otra vecina ha denunciado la desaparición de un patín y de un kayak que tenía en el varadero del albergue de Coma-ruga y que estaban encadenados uno en el otro. Justo al lado del patín que apareció a la deriva.
Está convencida de que alguien los ha lanzado al mar, por lo que pide ayuda por si alguien los localiza. Lamenta el vandalismo y señala que además puede suponer un riesgo para bañistas y otras barcas. También explica los ataques que sufre el servicio de alquiler de barcas.
Los propietarios de este tipo de embarcaciones aconsejan a quien las tengan que las dejen en los varaderos y que no queden aislados en la arena. Consideran que agrupados están más protegidos, pero piden vigilancia para evitar daños y actos vandálicos.
En El Vendrell hay siete varaderos en la arena, según la concejal, Bárbara Peris, que añade que en la nueva ordenanza de playas se hace constar que todas las barcas deberán dejarse en zonas habilitadas y que algunas han aumentado superficie para poder acoger más embarcaciones.
La Associació Patí Català Sant Salvador, con un varadero con una cincuentena de patines a vela y otras embarcaciones, reclama más vigilancia ante el temor de que esos actos vandálicos vayan a más.
La concejal dice que este año no hay los botellones de la pasada temporada. Pero los vecinos que viven en primera línea aseguran que esas concentraciones de personas siguen y temen que el causar daños a las barcas pasen a ser una moda. El pasado verano ya se arrojaron al mar piraguas, patines e incluso toldos, que también aparecieron arrancados y lanzados al agua.
