Labubu, el peluche que vuelve locos a David Beckham, Madonna y Rihanna

La fiebre por los Labubus ha aterrizado en Catalunya en los últimos tiempos. Se trata de un producto que fabrica la marca china Pop Mart, que ha logrado multiplicar sus ventas por cinco gracias a la creación de este juguete que incluso ha seducido al famoseo. Nombres como Madonna y David Beckham se han convertido en expertos coleccionistas del peluche.

En los últimos años ha nacido este fenómeno que ha ganado popularidad tanto entre coleccionistas como en redes sociales. Este jueguete ha logrado transformar el concepto de coleccionismo con sus figuras de diseño, creadas por artistas de todo el mundo. Estos «art toys» se han transformado en mucho más que simples objetos para decorar, pues han conquistado un lugar en la cultura pop. Figuras como Labubu, Molly o Skullpanda han conectado con una audiencia diversa, desde jóvenes hasta adultos, se han convertido en un movimiento que va más allá de una simple moda pasajera.

El juguete no solo ha llegado a las casas de las familias catalanas y españolas de todas las edades, sino que se ha colado en las mansiones del famoseo, como en la de la estrella mundial de la música Madonna. En su último cumpleaños, la artista dejó atrás apodos icónicos como Material Girl para soplar las velas de una gran tarta con forma de Labubu, en la que se leía «Happy birthday Madudu” (un juego de palabras entre Madonna y Labubu). La cantante Rihanna y el futbolista David Beckham también han sucumbido al encanto de este muñeco.

Pop Mart no ha dudado en celebrar su éxito. No esconde que los Labubus se han posicionado como una de «las marcas más deseadas del mundo». Una pieza fetiche que contiene un significado más amplio que el puro ocio. Los amantes del coleccionismo la han empezado a considerar.

Las cajas ciegas

El concepto resulta casi tan adictivo como coleccionar sobres de cromos, y no por pura casualidad. Los peluches comparten un elemento clave, el misterio. Cada figura se vende en una «caja ciega», lo que significa que nadie conoce qué muñeco le tocará hasta que la abre. Esta incertidumbre genera una emoción especial, parecida a la de descubrir la sorpresa. En todo caso ya han aparecido los detractores de esta idea, ya que algunos consideran que fomenta la ludopatía. Según ellos «provoca que existan compradores compulsivos que no puedan frenar su ansia hasta encontrar el muñeco deseado».

Al igual que los Funkos, estos muñecos se han convertido en auténticos objetos de gran valor, y algunos modelos alcanzan precios altísimos en el mercado de reventa que también se ha formado en las redes.

Hasta ahora, el uso más común de estos muñecos se ha relacionado como complemento para mochilas o bolsos. Sin embargo, la compañía ha anunciado que lanzará en los próximos días una versión mini de los Labubu que podrá engancharse a los teléfonos móviles. Incluso, se estudia la posibilidad de llevar estos muñecos al cine o incluso incorporarlos en parques de atracciones.

Con toda esta fiebre mundial, los beneficios de Pop Mart, que cotiza en la Bolsa de Hong Kong, han aumentado un 396,5% durante los primeros seis meses de 2025 en comparación con el año anterior, han alcanzado los 637 millones de dólares (unos 548 millones de euros).

El Labubu se diseñó en 2015 gracias al ingenio del artista Lung Ka-sing para una serie de libros ilustrados titulada The Monsters. Labubu es uno de los personajes principales, aunque no convive solo: lo acompañan otros como Zimomo, Mokoko, Pato, Spooky o Tycoco. Pop Mart detectó su potencial y lo incorporó a su línea de productos, proyectó las primeras figuras coleccionables en 2019. La pieza está inspirada en la mitología nórdica.

El monstruo peludo con ojos enormes y sonrisa inquietante, ha venido para quedarse. Ha despertado devoción gracias a su estética kawaii mezclada con un toque gamberro.