El debut más convincente de Enric Pujol como titular en el Nàstic de Tarragona

Enric Pujol debutó como titular en el primer equipo del Nàstic de Tarragona en el momento menos esperado y en la hora de la verdad. Luis César llevaba un par de semanas avisando de que había un juvenil que estaba ofreciendo un rendimiento demoledor en los entrenamientos. La duda estaba en si se trataba de él, Agus Gutiérrez u Oriol Subirats. La hoja de alineaciones repartida antes del partido frente al Murcia dio la respuesta: el central de Gandesa aparecía en el once inicial en una decisión meditada por el técnico gallego y guardada bajo llave. Nadie esperaba su presencia como titular, pero lo cierto es que su impacto en los entrenamientos ya se comentaba desde hacía tiempo.

Cuando el Nàstic anunció hace unas semanas la renovación y el salto al primer equipo de Enric Pujol para la próxima temporada, no sorprendió dentro del vestuario. Las voces autorizadas coincidían en el diagnóstico: era un jugador totalmente preparado para competir en la élite. La inexperiencia estaba, sí, pero también la personalidad y las condiciones.

El defensa de Gandesa, que también pasó por la cantera del Reus, ofreció un debut a la altura de las expectativas. «Tiene nivel de primer equipo. Está para jugar ya», se decía desde hace semanas en el interior del Nou Estadi. Su ritmo en los entrenamientos estaba al nivel de la intensidad del primer equipo. Pujol ha hecho un máster a lo largo del curso compitiendo contra algunos de los mejores juveniles de España, a lo que ha sumado de forma constante sesiones con el primer equipo.

El resultado ha sido la construcción de un futbolista que ya está completamente preparado para la élite. Había pocas dudas cuando se le hizo ficha para la próxima temporada, pero este sábado se disiparon todas. Enric Pujol debutó frente al Murcia y completó un partido en el que dejó claro que hay defensa para rato.

Su inclusión en el once no fue un gesto simbólico de Luis César. Si el técnico gallego dejó en el banquillo a dos centrales del primer equipo como Antonio Leal y Gorka Pérez, y apostó por un chico de 19 años, fue porque tenía plena fe en su rendimiento. Ponerle en un Nou Estadi lleno y en una ida de ‘play-off’ podía sonar a locura, pero la realidad es que cuando un jugador quiere ser profesional debe rendir sea cual sea el contexto. Brillar en la máxima exigencia es un mensaje más potente que hacerlo en partidos intrascendentes.

Enric Pujol fue un futbolista que en su estreno como titular demostró el porqué de su elección. Los 19 años estaban solo en su DNI, porque su actuación fue un auténtico golpe en la mesa. Destacó especialmente con la pelota. Mostró personalidad para construir desde atrás, no le quemó el cuero y detectó con frecuencia al hombre libre. No solo lo vio, sino que conectó con él gracias a una precisión y tensión en el pase que todo central desea. Ver el fútbol y ejecutarlo son cosas distintas; él hace ambas. Luis César lo sabía, por eso apostó por su mejor central con balón en un partido en el que quería dominar la posesión y progresar con criterio.

Y si con balón las sensaciones fueron excelentes, en defensa Pujol también ofreció un partido firme y serio. Apareció en la foto del gol del Murcia: su despeje no fue limpio, aunque interpretó bien el desmarque de Pedro Benito a su espalda. Le faltó contundencia en el despeje, pero no fue un error grave.

Más allá de esa acción, el central de Gandesa estuvo firme y contundente en un duelo en el que el Murcia no atacó con constancia, pero sí con peligro cuando merodeó el área grana. Pujol protagonizó incluso una de esas acciones que los defensas celebran como un gol: cuando Loren Burón se plantaba solo ante Dani Rebollo, el joven central decidió ir al suelo, jugársela al límite y sacó el balón con una entrada limpia. Evitó el gol y, lo más importante, un posible penalti.

Enric Pujol fue sustituido en el tramo final por Antonio Leal. En el césped dejó un debut asombroso, con solo 19 años, en su primer partido como titular. Cerca de 14.000 personas comprobaron que, cuando un joven está listo, da igual el contexto. Incluso en la hora de la verdad, no tiembla. El Nàstic ya tiene un central con el que protegerse en el presente y soñar en el futuro.