Hockey
El Reus no guarda la ropa en Trissino
Los rojinegros ceden su tercera derrota en la Champions a 48 segundos para el final del partido (4-3)

Guillem Jansà remata a la portería del Trissino.
Dos pistoleros se encargaron de abrir la veda de un primer episodio frenético. Sin tregua. Joan Salvat acudió a su relación de amor con el gol a los ocho minutos. Perforó al arquero local Sgaria con un tiro de pala muy escorado, aunque tremendamente violento. Se coló por el ángulo. Justo después le respondió el local Chanca con el empate desde el mismo perfil. Se inauguró la caja de los truenos. El Reus, la excelencia desde el orden, necesitó sobrevivir a un auténtico desacato. En realidad, el Trissino impuso un ritmo diabólico, muchas veces arropado en el kaos. Su ritmo, vamos. Remontó el partido y anduvo cerca de sentenciarlo, pero no lo cerró.
Marc Julià se equivocó en el inicio de una transición. Su pase, en media pista, lo interceptó Méndez, que con una zancada poderosa, se plantó ante Càndid Ballart y le batió. Las malas noticias no terminaron ahí para el Reus. Carles Casas vio cartulina azul por una imprudencia juvenil y los rojinegros consumieron el resto del primer tiempo en inferioridad. Se ajustaron más o menos bien, con Ballart agrandado bajo el arco, aunque los locales ampliaron distancias a través de otra pala de Álvaro Morais. Cuando la primera mitad parecía finiquitada, Rojas entre la locura colectiva, metió a los reusenses en el partido con el 3-2. Esta vez con una maniobra de levantar y picar, poco ortodoxa, pero efectiva. Además, el chileno pudo empatar a 18 segundos del intermedio. Marró una pena máxima. En todo caso, la impresión general es que el Reus había salido vivo de una emboscada.
Los de Garcia dominaron mejor los tiempos del juego en el desenlace, aunque no escaparon, en fases, al ida y vuelta. Había que adaptarse, no quedaba otra. A pesar de los condicionantes que el rival presentaba, el Reus logró igualar gracias a otra diana de Joan Salvat, de dulce en términos de definición. Incluso hubo opciones para ponerse por delante, generó tembleque en Trissino el equipo de Garcia, pero no atinó para culminar la cita.
El duelo entró en una recta final cardíaca, cualquier error la iba a decantar. Cuando todo apuntaba un reparto de puntos, muy justo por lo que los dos protagonistas propusieron, el Reus tardó más de la cuenta en un repliegue defensivo. Restaban 48 segundos y Guilherme Chanca encaró la portería de Càndid Ballart, la pelota entró llorando. Ni la épica, con el ataque sin portero final, salvó a los de Garcia, que se quedaron a medio camino.