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CF Reus: Versión 'martillo pilón'

Marc Sellarès y Edgar Hernández han demostrado que pueden compartir protagonismo en el ataque del Reus

Marc Sellarès y Edgar Hernández celebran uno de los dos goles ante el Sant Andreu.Foto: Alba Mariné

Marc Libiano
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Natxo decidió apostar por Marc Sellarès ante el Sant Andreu. Sacrificó a Colorado, compañero de viaje de Edgar Hernández en el ataque rojinegro. Había ocurrido así en los últimos tiempos, excepto ante el Ilicitano, con el de Jerez en la grada castigado por acumulación de amarillas. Aquel día también actuó Sellarès. En el mismo escenario; el Estadi. El 4-1 ante el Elche ya dejó entrever esa segunda versión del equipo. Más directo, más contundente, menos combinativo. Aquel domingo, eso sí, el Reus careció del control del juego. Un matiz que sí añadió ante el Sant Andreu.

Sellarès y Colorado son como el agua y el aceite. Perfiles opuestos. El primero, un especialista. Jugador grande, con facilidad para controlar los aeroplanos en el cielo y experto en descargar pelotas a sus compañeros. Colorado es un bailarín. Un amante del toque. Un futbolista con frac. Evidentemente, la cara del Reus cambia algo con uno o con otro en el once de los elegidos.

Colorado le da más sentido al juego de combinación. Se incrusta entre los centrales y los pivotes rivales. Se ofrece, toca y se mueve. Además, dispone de cierta facilidad para acudir al gol. El Reus desprende un aspecto más estético con el de Jerez. Puede coger la pelota y no soltarla.

En todo caso, ante el Sant Andreu, con Sellarès, el equipo le añadió control a su pose más vertical. Dominó muchos registros. Tocó hasta morir en el primer tiempo y corrió más en el segundo. Ya la con la ventaja cómoda de dos goles. Precisamente, los de Sellarès. Fue más completo que nunca. Natxo lo celebró.

Muchos recursos

El míster vive feliz con ese dilema. Dispone de recursos en el plantel para dibujar muchos planes. Esas variantes hacen del Reus un equipo más rico. Podía quedar la duda de si Sellarès y Edgar Hernández eran aptos para compartir protagonismo en ataque. Si esa dupla era necesaria para momentos puntuales o como recurso firme.

Edgar y Marc se asemejan en algunas cosas. Los dos disfrutan de poder físico para realizar un trabajo similar. Han conseguido no molestarse en el verde. Han aprendido a convivir. A sus prestaciones, poco a poco, van añadiendo goles. Necesarios para cualquier delantero. Suman los mismos; seis. Desean alcanzar, como mínimo, la decena.

Ni siquiera con los dos puntas gigantes, el Reus renunció al dibujo que le ha dado estabilidad en los últimos partidos. Siguió atacando con el 4-3-3, con Edgar escorado a la izquierda. A la hora de replegarse, el equipo se organizó con un 4-4-2 más convencional. Parece que Natxo ha logrado que sus chicos se sientan cómodos con esa idea. Y, sobre todo, que crean en ella.

Mientras, los hinchas disfrutan del regreso de su Reus. Da igual con qué versión. Ante el Sant Andreu adoraron el ‘martillo pilón’.

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