El pasado 12 de septiembre, César Carballeria (La Coruña, 1996) pedía auxilio en un entrenamiento previo a la Supercopa de España. El diagnóstico de su infortunio midió su paciencia y su entereza; rotura de tibia y peroné de la pierna derecha. Los plazos tampoco resultaron demasiado alentadores. Hasta 2020 no se le esperaba. César desafiaba al olvido, pero su carácter ambicioso le ha devuelto al foco mucho antes de lo esperado.
El sábado 7 de diciembre, dos meses largos después de su dolencia, el gallego regresó a la actividad en Lloret, de donde el Reus salió con éxito y con un gol del defensor (2-4). Carballeira había marcado con fluorescente dos partidos en su calendario personal de objetivos; Sporting (sábado 14) y Liceo (martes 17). Ha cumplido.
«Desde que me lesioné no he parado de trabajar con los fisios, dos o tres veces al día para recuperarme. Les dije a mis compañeros que para el Sporting y el Liceo estaría listo, no me creyeron. Les entiendo, pero aquí estoy», reflexiona el protagonista, justo antes de ejercitarse en la semana previa a uno de los grandes partidos europeos de la fase de grupos. El actual campeón de la Champions, el Sporting de Lisboa, se presenta con su todo su arsenal de estrellas en el templo (21.00 horas).
El doble d'hoquei. El doble de @ReusDeportiu Miró.
Amb l'entrada anticipada del Reus - @Sporting_CP et donem la del Reus - @HockeyclubLICEO.
Dos partidassos a 5€ pels socis i 8€ els no-socis.
El doble de Bombonera. #forçaReus pic.twitter.com/WwRDixvUDb— Reus Deportiu (@ReusDeportiu) December 10, 2019
El Reus Miró acudió a la Supercopa de España en estado de shock debido a la grave lesión de uno de sus jugadores franquicia. El doloroso contratiempo no alteró el estado de depresión de la plantilla, instauró un efecto de unidad asombroso. Tal es así que el Reus terminó, contra pronóstico, campeonando después de dos grandes actuaciones ante el Liceo, en la semifinal, y ante el Barcelona, en la gran final.
La imagen de la expedición, título en mano, en casa del jugador ya se hace conocida por todos. A César se le cayeron las lágrimas, todavía con el aparente vendaje cubriendo su pierna. El gallego necesitó pasar por el quirófano para solucionar la anomalía y por una recuperación minuciosa.
La ausencia del defensor ha limitado el comportamiento de un equipo con un fondo de armario escaso. Carballeira es de esos actores que pueden modificar estructuras. Su entrenador, Jordi Garcia, ha precisado diseñar una estrategia de equipo y de rotación distinta sin él. Probablemente ha otorgado responsabilidades a jóvenes jugadores como Del Río, Nájera o Ferran Giménez antes de lo deseado. La respuesta de los chicos ha resultado alentadora. Sobre todo con vistas al futuro.
César Carballeira cumple su segunda temporada en el Reus, después de salir del Liceo, donde se había firmado y había conquistado las mieles de la primera plantilla del histórico equipo de A Coruña, su ciudad y el lugar donde descubrió su pasión por el juego. Se convirtió en exponente indiscutible de la generación del 96, en la que comparte status con Ignacio Alabart, ahora en el FC Barcelona.
Desafío portugués
El enorme desafío del sábado, en el Palau d’Esports, va a contar con la colaboración de un jugador que puede marcar la identidad de cualquier equipo. Físicamente imponente, Carballeira dispone de unas características peculiares que le hacen un actor distinto. No es el jugador más fino del mundo, pero suma muchísimas virtudes como un alto nivel defensivo e intensidad constante en cada ataque. El disparo exterior le distingue.
La reaparición del coruñés coincide con la vuelta de Romà Bancells a la normalidad, después de varios partidos sin participar. Eso significa que Garcia va a disfrutar de todo el plantel de cara a una cita de postín, de las de traje y corbata. La Champions es un buen motivo para despegar.