Aitor Serrano se coló en la fiesta de Víctor Oribe para decidir el último encuentro del de Mont-roig como futbolista, después de 262 partidos y 89 goles que valieron una sonora ovación del Estadi Municipal, que, a pesar de que solo ha podido disfrutarlo durante un año, manifestó su admiración hacia el mago.
El partido mostró a un Prat que exhibió una propuesta atractiva, queriendo ser protagonista con el balón y mordiendo la salida del Reus, al que le costó durante los primeros minutos, pero que se sintió más a gusto después del gol de Aitor Serrano y supo resistir en una segunda parte en la que el Prat se vino más arriba y tuvo opciones de empatar. No obstante, el sacrificio de los rojinegros en la presión fue determinante para dedicarle el triunfo a Víctor Oribe.
El ‘10’ se siente como pez en el agua cuando nada entre líneas. Ahí es donde ofrece su talento, donde desordena defensas, crea espacios y genera superioridades. Pronto se vio amenazada la zaga del Prat, que, sin embargo, pudo contener al ‘10’ y desplegar una buena versión.
Los de Miguel Ángel Motoso no recularon e intentaron hundir al Reus en su área durante los primeros minutos. Hasta el meta Adrià Rojas se permitió alguna que otra frivolidad con los pies en la salida. El conjunto rojinegro estuvo activo en la presión, pero le costó salir de su campo con fluidez y, en ocasiones, rifar el balón fue la única opción.
El plan visitante era claro: robarle la posesión al Reus y, en caso de que no fuera posible, esperar errores en la salida reusense. El Prat mordía, pero si hay alguien que sabe que morder tiene premio, ese es Aitor Serrano. Corría el minuto veinte cuando una recuperación del extremo culminó en un mano a mano que el ‘17’ no perdonó con su pierna izquierda para poner el uno a cero.
El gol del conjunto dirigido por Marc Carrasco asentó al Reus en el partido: la progresión con balón del Prat, más imprecisa, se vio neutralizada por la pizarra reusense y los rojinegros empezaron a sentirse más cómodos con el cuero controlado.
Cinco minutos después de abrir la lata pudo llegar el segundo. Tras una gran conducción, Jordi Oribe filtró para Nico Díaz, que, con una gran cabalgada, se plantó solo delante de Rojas, lanzando un potente latigazo que detuvo el guardameta visitante. El Reus siguió insistiendo y Aitor volvió a tenerla pasada la media hora de jugo, pero su disparo se marchó a córner.
El Prat no generó una sensación de peligro constante, aunque gozó de buenas opciones: Alejandro Verdejo tuvo que intervenir ante sendos chuts de Izan y de Yusef y una peligrosa acción individual de Martín Lamelas casi acabó en gol.
Sabiendo que iba a ser complicado meterle mano a este Reus, los pratenses adelantaron sus líneas. El conjunto barcelonés no terminó de imponerse pese a que sí puso el miedo en el cuerpo en una segunda parte en la que buscó el empate con ahínco.
A los reusenses les fue difícil quitarle el balón a un Prat propositivo que no encontró luz. También le faltó acierto a Jordi Oribe para definir una excelsa acción individual en la que se quedó solo delante de Rojas, que realizó una intervención de mérito.
Los barceloneses tuvieron la última en las botas de Álvaro Cordero, cuyo disparo desde dentro del área se marchó rozando el palo izquierdo de Verdejo, certificando así la victoria rojinegra.