Deportes

Nàstic

Crónica

El Nàstic se derrite con uno menos y solo suma un punto ante el Hércules (2-2)

Los granas pasan del 2-0 al 2-2 entre errores propios y una expulsión decisiva de Álex Jiménez en la primera mitad

La expulsión de Álex Jiménez lo cambió todo.

La expulsión de Álex Jiménez lo cambió todo.Marc Bosch

Juanfran Moreno

Creado:

Actualizado:

En:

Si se comienzan a dar los empates como un resultado positivo es que algo no va bien. Se siente, pero jamás se debería celebrar con demasiada euforia un punto y mucho menos en casa. Este Nàstic no está hecho teóricamente para eso. Lo que está claro es que la igualdad frente al Hércules es dolorosa, porque se pasó de tener el partido ganado a casi perderlo. 

El conjunto grana se pegó varios tiros en el pie. El primero, y más grave, fue la doble amarilla que vio Álex Jiménez en la primera mitad. El segundo fue el penalti de David Alba que le dio vuelo al Hércules. El tercero fue un segundo tanto en el que volvió a aparecer esa tan odiada falta de contundencia. Y el cuarto fue cuando el partido se emparejó con diez y el Nàstic no tuvo ese alma ganadora para ir a por el partido. Ni el cambio de Alba por Juanda, con el que Parralo quiso impulsar a los suyos, tuvo efecto. No hubo tromba final pese a que el escenario era ideal para ello.

El Hércules compareció en el Nou Estadi queriendo ser dominador. No quería rifar ni una pelota porque su entrenador no concibe eso en su libreto. Prefiere perder que no arriesgar. Quizás Beto Company no contaba con que enfrente iba a haber un Nàstic que, en la presión, iba a ser certero y mortífero. Un conjunto coordinado, intenso y valiente que sabía que el partido se encontraba en cualquier robo en campo contrario.

El Nàstic dominó el inicio gracias a su presión

Dos goles en tres minutos

Apenas se habían golpeado ambos equipos cuando el conjunto grana desató la tormenta perfecta. Fue en una jugada en la que Óscar Sanz encontró a Álex Jiménez entre líneas y este, con su control, se limpió a su marca. Baselga picó en el momento exacto y el murciano le colocó solo ante el gol. Cuando el maño iba a definir apareció Rentero para barrerle. El árbitro señaló penalti porque no había lugar a la duda. Jardí, un especialista consumado, tomó el protagonismo y lanzó un misil a la escuadra izquierda. Abad le leyó el tiro y se estiró con todo, pero no pudo desviar la trayectoria de un disparo directo a la gloria.

El gol inyectó confianza a un Nàstic que volvía a jugar con el confort de la ventaja y que en apenas tres minutos se encontró con otro dardo de amor. Un robo en campo contrario propició una jugada de manual. Álex Jiménez le dio un segundo más a la acción y encontró a Jaume Jardí en el costado izquierdo. El reusense recibió y percibió a Pau Martínez y Baselga en el interior del área. Les soltó un centro tenso que un defensor del Hércules casi repele a gol. Abad apareció y sacó la pelota, pero Pau Martínez emergió en boca de gol para enviarla a la jaula. El 2-0 dibujaba un partido sin excesivo sufrimiento por delante… o eso al menos parecía.

Una roja que lo cambió todo

Era una tarde tranquila para un Nàstic que saboreaba su café caliente mientras disfrutaba de una tarde de Netflix de domingo. Nada llamaba a la urgencia, pero el teléfono sonó en mitad de la siesta. Fue en forma de roja. Álex Jiménez, que había brillado en la primera media hora de juego, veía la tarjeta roja por doble amarilla. El Nou Estadi se congeló porque, de repente, vio el partido entrar en un guion que no tocaba. Lo peor estaba por llegar, porque tras la expulsión llegó un penalti en contra. David Alba tocó la pelota con la mano en un centro lateral y Montalbán no dudó. El conjunto grana quiso que el VAR rectificara la decisión, pero no hubo fortuna porque el colegiado se mantuvo firme.

Rebollo paró el penalti, pero Slavy aprovechó el rechac

Slavy tomó el cuero y pensó su disparo en una carrera larga que se hizo eterna. Dani Rebollo le adivinó el lado y le blocó el tiro. Desató un jolgorio efímero que no duró nada porque el rechace quedó muerto y el ‘9’ rival estuvo más rápido que el portero onubense. El 2-1 llegó antes del descanso para añadirle todo el suspense que nadie quería. Al Nàstic le cambiaron la película de comedia por un thriller de esos que dejan sin uñas. ¿Lo peor? Que quedaba toda una segunda mitad por delante y esa película, si algo auguraba, eran giros.

Un empate que sabe a poco

El segundo tiempo exhibió rápidamente el plan de ambos equipos. El Nàstic le dio el espacio-tiempo al Hércules y los de Beto Company manejaron la bola en campo contrario. La tuvieron mucho, pero no amenazaron demasiado. La resistencia había pasado el cuarto de hora de la segunda mitad cuando llegó la segunda daga. El Hércules generó la grieta por la izquierda tras superar a Álvaro García y el centro encontró rematador en el segundo palo. Fran Sol, ese artesano del gol, apareció libre de marca y puso el empate.

El partido terminó con ambos equipos solo con 10 jugadores

El Hércules siguió teniendo la pelota, pero le faltó más decisión, para suerte grana. El Nàstic resistió con mayor facilidad y la cosa se igualó cuando Samu Vázquez vio la roja directa. Ahí parecía que una tromba final se podía desatar. Juanda entró por Alba, pero el asunto quedó en nada porque faltó hambre y alma. De punto en punto no se llega a la cima.

tracking