Cheikh Kane Sarr (Dakar, Senegal, 23 años) dejará definitivamente la disciplina del Nàstic de Tarragona este verano. No habrán más cesiones, ni tampoco más oportunidades. El club grana ha tomado la decisión de aplicar una cláusula liberatoria por la que rescinde el último año de contrato que todavía le quedaba. Un documento firmado el curso pasado, antes de cederlo al CD Castellón, como última prueba de fe. Si Cheikh Sarr se salía en Castalia, el Nàstic volvería a insistir con él. Si no, como así ha sucedido, podía darle la baja sin un coste abusivo. Como ha sido.
El jugador no comparecerá ya junto con el resto de la plantilla el próximo lunes y queda libre para encontrar un nuevo destino futbolístico.
Cheikh Sarr fue una apuesta de David Comamala, durante su primera etapa en Tarragona. El gerundense había trabajado en África para Promoesport -la agencia de futbolistas presidida por el exconsejero del Nàstic Rodríguez Baster ‘Rodri’-. Tenía buenas referencias sobre el futbolista y su experiencia le decía que podía triunfar en el fútbol europeo. Llegó al Nàstic en 2018, con apenas 18 años, procedente del Ndangane FC para enrolarse en el Juvenil A grana de División de Honor.
Su corpulencia, capacidad atlética y golpeo le hicieron aparecer entre futuribles de grandes equipos de Europa. Todo rumores. Nadie se puso en contacto con la entidad para una oferta formal.
En la temporada 2019/20 el Nàstic reforzó su apuesta por Cheikh Sarr. Le subió del Juvenil A al primer equipo. Sin pasar siquiera por el filial. Iba a competir por el puesto con Bernabé Barragán. Pero no existió tal disputa. El meta andaluz lo jugó todo. Ni siquiera le dejó la Copa. La única aparición del senegales, más allá de los partidos amistosos de pretemporada, fue en la Copa Catalunya ante el Prat. El Nàstic quedó eliminado y Sarr no volvió a salir en un once de competición. Hasta pocas semanas antes de la irrupción de la pandemia fue el meta suplente, pero en las últimas jornadas ni eso. Arnau Riera viajaba con el primer equipo, mientras se discutía si la versión del técnico Toni Seligrat sobre una supuesta lesión se sostenía con las imágenes de Sarr entrenando con el resto del grupo.
Con ese panorama, y pese a que se mantenía cierta esperanza de que todavía pudiera explotar, la entidad tarraconense lo cedió al filial del Oviedo, que por entonces gestionaba su gran valedor, David Comamala. Disputó 8 partidos en Segunda División B.
Un año más tarde, en 2021, el Nàstic lo volvió a cerder. Esta vez al Recrativo Granada, filial del club nazarí, a donde se había desplazado el propio Comamala. Allí encontró los minutos que buscaba de la mano de Rubén Torrecilla. Sarr disputó 26 partidos en Segunda RFEF, con 10 porterías a cero. Un buen rendimiento pero insuficiente para que el Granada ejecutar la opción de quedárselo en propiedad.
Cheikh Sarr volvía a Tarragona, pero no para quedarse. Rubén Torrecilla firmaba por el Castellón y quiso llevarse al meta senegalés. El Nàstic vio con buenos ojos una nueva cesión, aunque eso sí, antes, le renovó hasta 2024, por si explotaba en Castalia.
Con tres partidos fue suficiente para que el cuadro orellut asumiera que Cheikh Sarr no iba a competir por el puesto. Jugó un partido más, antes de regresar por última vez a Tarragona.
Durante su etapa en
el Juvenil A llegó a sonar para el Manchester
City o el Barça