El gran consumo, motor de recuperación

Cuando se destaca el papel estratégico de la cadena de valor del gran consumo en ocasiones se omiten datos determinantes para entender su rol en nuestra economía y sociedad. Las empresas que conforman esa cadena aportan alrededor del 25% del PIB nacional y suman cerca de 4,5 millones de puestos de trabajo. Además, el sector está comprometido con un empleo estable y de calidad, así como con la contínua captación de talento -en muchos casos joven- para poder responder a los desafíos que marca un escenario en pleno proceso de cambio. Pocos sectores profesionales tienen, por tanto, tanta capacidad como el gran consumo para liderar la recuperación económica y social que precisa nuestro país en un momento de máxima incertidumbre. Especialmente porque, tal y como ha quedado demostrado en la actual crisis de la Covid-19, su cadena de valor está a la cabeza europea y mundial en términos de fiabilidad, eficiencia y compromiso social.

Esta crisis, sin embargo, no ha tratado por igual a todos los subsectores que se integran en ese gran paraguas que es el gran consumo. Las empresas agroalimentarias están resistiendo mejor que otros los envites de la crisis. La evolución de las exportaciones, que entre junio del pasado año y junio de 2020 crecieron un 5,6%, son un buen ejemplo de ello, a pesar de que tampoco determinados subsectores dentro de la alimentación han dejado de sufrir con fuerza el parón del canal de hostelería y restauración. Por ello, es imprescindible que, desde el Gobierno, se destinen todos los recursos necesarios para tratar de mantener la actividad productiva y el empleo, que se flexibilicen los ERTE y también que se apoye a los sectores más afectados -como la hostelería o el comercio no alimentario- con planes especiales que incluyan nuevas líneas de financiación, así como posibles exenciones y reducciones fiscales.

Es, asimismo, prioritario fomentar la inversión en formación y digitalización para que las empresas, con independencia de su tamaño o naturaleza, puedan operar con éxito en esta nueva realidad y para que miles de personas no se queden descolgadas del mercado laboral por no haber actualizado sus competencias.

Las organizaciones que conformamos junto con la Hostelería (FIAB, Hostelería de España y AECOC) hemos propuesto además un Plan Estratégico para la Gastronomía que España que ya hemos presentado al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Una iniciativa con una visión global de toda la cadena de valor que identifica y plantea proyectos para el ecosistema gastronómico en torno a seis pilares: sostenibilidad, digitalización, educación, internacionalización, innovación y salud, bienestar y estilo de vida.

El plan define líneas de actuación para cada uno de los sectores que conforman el ecosistema gastronómico de nuestro país: la hostelería trabajará por una mejora de sus modelos de negocio en términos de calidad, servicio, gestión e internacionalización, el turismo gastronómico como impulsor de un turismo de calidad y de reconocimiento de la marca España y el sector agroalimentario para reforzar la marca «Alimentos de España» a fin de contribuir a su internacionalización. Todo ello desde un enfoque muy participativo y desde un modelo de colaboración público-privada que va ser clave para poder avanzar en la recuperación económica y social de nuestro país.