Conociendo los riesgos climáticos y su impacto sobre el sector financiero
Artículo de Josep Maria González, director territorial de Caixabank en Catalunya

Conociendo los riesgos climáticos y su impacto sobre el sector financiero
A estas alturas ya nadie debería sorprenderse al leer que el cambio climático es un fenómeno que tendrá un impacto muy importante sobre la actividad económica. El sector financiero, como pieza clave en el engranaje económico, puede contribuir a la mitigación del cambio climático, pero también sufrir sus efectos.
La exposición del sector financiero a los riesgos climáticos se distingue según su origen. Por un lado, tenemos los riesgos de transición, que engloban las pérdidas que se pueden originar por cambios tecnológicos, regulatorios o en las preferencias de los consumidores dirigidos a cumplir los objetivos climáticos.
Para valorar la importancia de este riesgo para el conjunto del sector financiero de la eurozona, es necesario dilucidar si los sectores económicos a los que se ha concedido un mayor volumen de crédito son también los más contaminantes, ya que es razonable suponer que aquellas empresas con mayores emisiones serán más sensibles a los cambios asociados a la transición energética.
Por otro lado, hay que tener en cuenta los riesgos físicos, aquellos que potencialmente pueden deteriorar los activos a través de la mayor frecuencia y violencia de fenómenos meteorológicos adversos (como incendios, inundaciones, olas de calor o tormentas).
¿Cuáles son los siguientes pasos?Que las entidades del sector financiero tengan en cuenta los riesgos medioambientales en su toma de decisiones es clave para proteger sus balances y la estabilidad financiera en su conjunto. Hasta ahora, la falta de información y no contar con una estandarización adecuada sobre el cálculo y modelización de estos riesgos ha contribuido a que las entidades financieras solamente los tuviesen en cuenta de forma voluntaria.
Sin embargo, las entidades financieras de la eurozona deberán evaluar su exposición a estos riesgos a través de unos test de estrés climáticos por primera vez en 2022, en lo que será el primer ejercicio obligatorio que servirá a los bancos y al supervisor como aprendizaje. En ellos, los bancos deberán evaluar sus balances en un horizonte temporal amplio para diversos escenarios climáticos.
Para ir calentando motores, el BCE ya ha publicado unas conclusiones preliminares para el conjunto de la eurozona donde muestra cuál sería el impacto a nivel agregado de cada escenario en la probabilidad de impago de los distintos sectores económicos. Los resultados muestran cómo es en el último escenario donde la probabilidad de impago aumenta más para todos los sectores de la economía.
Dicho de otro modo, los riesgos físicos derivados de la inacción son potencialmente más costosos para el sector financiero que los derivados de los riesgos de transición. El siguiente paso lo deberán realizar los bancos de forma individual en 2022.
Si bien estos test de estrés serán muy útiles para marcar el camino a seguir en los próximos años y para influir en la toma de decisiones de las entidades financieras, la escasez y recorrido para mejorar la calidad de información climática no permitirá que estos sean suficientemente completos o representativos.
Por este motivo, no se contempla que sus resultados tengan impacto en los requisitos de capital, aunque sí que podrían motivar algunas recomendaciones por parte del supervisor bancario.
Así, aunque queda todavía mucho trabajo por hacer en la identificación de los riesgos climáticos, se está avanzando paulatinamente en la dirección correcta tanto para que el sistema financiero sea más resistente al cambio climático como para que contribuya a descarbonizar la economía.