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Giba negocia abrir en Tarragona una fábrica de buggies con 2.000 empleos

Constantí y Bràfim son las opciones que tiene encima de la mesa la multinacional suiza, que prevé una inversión de 124 millones de euros

El personal técnico y directivo de Giba con el chasis del nuevo Jacaré, durante la inauguración de las instalaciones en Santa Oliva.

El personal técnico y directivo de Giba con el chasis del nuevo Jacaré, durante la inauguración de las instalaciones en Santa Oliva.Foto: Alfredo González

Núria Riu
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La llegada de Carles Puigdemont a la Generalitat ha abierto la puerta a la posibilidad de que la multinacional Giba Holding instale su centro de fabricación en las comarcas tarraconenses. Así lo ha confirmado la compañía, que finalmente habría rechazado la opción de realizar esta inversión en Almansa (Albacete).

Esta sociedad suiza tenía previsto construir el centro de producción de un buggy biplaza en Castilla-La Mancha. Según ha explicado la empresa, el anterior Ejecutivo que presidía María Dolores de Cospedal (PP) les habría puesto «facilidades» para hacerse con la fabricación de este vehículo con gasolina o baterías eléctricas, generando más de 2.000 puestos de trabajo.

Los planes se torcieron con el cambio de Gobierno. Con la elección de Emiliano García-Page (PSOE) «se ha generado una crispación». Así lo explica Joaquim Boadas de Quintana, vicepresidente de Giba Real Estate, quien, por otro lado, reconoce que con el exalcalde gerundense en el Palau de la Generalitat «se nos reabre una oportunidad». De hecho, en 2013, antes de decantarse por Almansa, la empresa asegura que ya se planteó esta opción, pero no eno0cntró el apoyo que sí les facilitó Castilla- La Mancha.

La compañía tiene varias opciones encima de la mesa. Constantí y Bràfim son dos de ellas, aunque también hay una propuesta para llevarse la fábrica a Portugal. «El grupo nos dijo que para la nueva ubicación preferiblemente era mejor fuera deEspaña, pero la cúpula somos de aquí y defenderemos esta opción», describe Toni Miró, director técnico del proyecto. Boadas de Quintana lo confirma: «La prioridad es Catalunya».

Y el Camp de Tarragona tiene puntos para beneficiarse de esta situación. La empresa dice que busca una nave que ya esté construida, para no demorar más su puesta en funcionamiento, y de unos 60.000 metros cuadrados.

Las buenas conexiones serán uno de los aspectos determinantes, ya que se prevé que el 95% de la producción sea para exportación. En este sentido, Giba también ve con buenos ojos este territorio para su salida portuaria, además de la proximidad con Idiada y empresas proveedoras.

El proyecto que tiene la compañía contempla una inversión que asciende a 124 millones de euros en un periodo de dos a tres años. Básicamente hace referencia a la instalación de la cadena de montaje y pintura, que funcionará a partir de un sistema de carretilla por láser dentro de la planta.

La cadena está pensada para que pueda fabricarse un vehículo cada tres minutos, lo que suma una cifra de entre 100.000 y 120.000 vehículos anuales a máxima capacidad.

El vicepresidente de esta sociedad también avanza que la planta supondrá la creación de 2.000 puestos de trabajo directos en dos años y medio, y esta cifra se elevaría en otros 900 antes de los cinco años.

Además, la empresa destaca que en los alrededores podría crearse un parque de proveedores.

El proyecto de Giba es bastante más ambicioso. Además de la línea de Cars Corporation –que es la de la fabricación–, contempla la creación de un centro de I+D, que aún no tiene una ubicación. La unidad comercial y de marketing es la Giba One 300, que se encargará de las ventas de un vehículo pensado para moverse dentro de resorts, campos de golfs y eventos deportivos puntuales.

La empresa confirma que las negociaciones están en una «fase inicial». De momento han solicitado una reunión con el conseller d’Empresa i Coneixement, Jordi Baiget, y el president de la Generalitat. Por ahora aún no hay cerrada una fecha.

De hecho, con Carles Puigdemont ya se conocen, ya que la cúpula directiva de esta sociedad es gerundense. Boadas de Quintana avanza ya que la decisión dependerá «del apoyo del Govern». Aunque ya adelanta que «no estamos pidiendo dinero, sino apoyo institucional para obtener vías de crédito». Sin embargo, la empresa ya ha asegurado que la inversión tiene avales por valor de 100 millones de euros.

Esta sociedad se ha dado un mes para tomar la decisión. El próximo 31 de enero vence el plazo que se habían dado para reparar las negociaciones con el Gobierno de Castilla-La Mancha. Aunque Boadas de Quintana ya ha dicho que «lo veo irreconducible». Con lo que se han dado de tiempo hasta el 15 de febrero para estudiar todas las opciones posibles y decidir una ubicación que elegirá Giba Real Estate.

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