Internacional

'Sacaremos un segundo diputado en Tarragona a costa del PP'

Xavier Domènech, número 1 de En Comú Podem

Xavier Domènech, en el Passeig de les Palmeres. Estuvo el pasado lunes en Tarragona para presentar la candidatura por la demarcación.Foto: L. Milian

Xavier Fernández José

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– ¿Qué le parece el resultado de la consulta en Tortosa sobre el monumento a la Batalla del Ebre?

– No es una buena noticia. No conozco con exactitud la propuesta de ‘reinterpretación’ del monumento, pero no veo como se puede ‘reinterpretar’ algo que tiene claramente que ver con la dictadura franquista.

– Algunos ‘defensores’ del monumento alegan que se inauguró en 1966, no poco después de la Guerra Civil.

– Conmemora 25 años de la paz, pero una paz franquista. La Ley de Memoria Histórica de 2007 dejó claro que debía desaparecer del espacio público todo tipo de simbología que constituyera una apología de la dictadura.

– Pero se ha decidido en una consulta ciudadana.

– Hay un trabajo importante a hacer en favor de la memoria democrática. De todos modos la participación fue escasa. (fue del 29,73% del censo ampliado a los mayores de 16 años).

– ¿Considera positivo que se celebrase una consulta?

– Fue fruto del pacto en Tortosa entre Convergència y Esquerra. En otros municipios se han solucionado cuestiones similares aplicando la Ley de la Memoria Histórica.

– Ustedes, como la CUP, se oponen al proyecto de BCNWorld. ¿No piensan en el empleo que podría crear?

– Ese es el mismo argumento que se utilizaba cuando se defendía la burbuja inmobiliaria: crea empleo, es buena para la economía, genera impuestos... Y el resultado fue una crisis que destruyó empleos y aumentó la desigualdad. Ese debate ya lo hemos vivido en este país. Tarragona necesita alternativas.

– ¿Cuáles?

– Recuperar el tejido industrial, apostar por la química, por nuevas formas económicas, por las pymes, la economía social... El modelo de BCNWorld no ayudaría a Tarragona.

– Hablemos de política española. O internacional. Parece que PP y Ciudadanos andan un tanto obsesionados con la situación en Venezuela.

– Sí, es verdad (se carcajea).Lo hemos notado.

– ¿Por qué cree que sucede?

– Esta legislatura, la más corta de la democracia española, la comenzamos con dos proposiciones no de ley sobre la unidad de España y la acabamos con un debate muy bronco sobre Venezuela. Grandes prioridades para la gente.

– ¿PP y Ciudadanos no se preocupan de verdad por los venezolanos?

– No existe tanto una preocupación por la situación del pueblo venezolano sino que, ante la falta de propuestas y proyectos, de debate de ideas, buscan la criminalización.

– ¿De Pablo Iglesias?

– Es evidente que es una forma de atacarle. Ahora es Venezuela. Antes fue Irán. En realidad se trata de la campaña del 26-J.

– ¿No habrá dado usted clases a algún líder venezolano? ¿O tendrá cuentas allí?

– (Ríe). No he ido nunca. Al final tendré que visitar el país.

– Usted conoce ‘íntimamente’ a Pablo Iglesias...

– ¿Lo dice por el beso?

– Ahora hablaremos del beso. ¿Por qué proyecta Iglesias esa imagen chulesca?

– Hemos vivido muchos años bajo la prepotencia de un poder que se ha cerrado completamente al cambio. En el caso del PP esa prepotencia es enorme. Romper esa situación necesita de una osadía muy potente, que representa Pablo Iglesias. Esa osadía genera una gran fuerza pero también un rechazo.

– ¿Es una cuestión sólo de imagen, no de personalidad?

– Lo que hemos conseguido, como ganar las alcaldías de Barcelona, Madrid, El Ferrol o Cádiz, quedar primeros en Catalunya y terceros en España, sólo se logra con mucha osadía que, vista en negativo, se puede considerar prepotencia. Pero romper la prepotencia del poder no se hace con suavidad.

– ¿Iglesias es consciente de que proyecta esa imagen?

– (Duda). No se lo he preguntado. Pablo es inteligente. Creo que debe ser consciente, pero no sé qué diría él.

– ¿Cree que debería ‘suavizarse’? Lo de acusar al PSOE de tener las manos manchadas de cal viva fue muy duro.

– Aquello fue muy potente, sí. Pero hay que recordar que Pedro Sánchez había dicho antes que nosotros habíamos insultado la memoria de las víctimas del terrorismo.

– Se refería usted antes al beso que se dio en los labios con Pablo Iglesias. ¿Lo tenían preparado? Son ustedes unos maestros de la imagen.

– Todo el mundo lo dijo. Pero no lo teníamos preparado. Era mi primera intervención en el Congreso y estaba muy contento. Tengo una gran amistad con Pablo. Bajó de su escaño, me abrazó y nos besamos. Pero no diseñamos nada previamente.

– Pues les ‘salió’ muy bien.

– Fue una imagen potente, sí. Pero yo soy muy mal actor. No hubiese salido bien si lo hubiésemos planificado. Luego me llamó un periodista gay de un medio importante.

– ¿Qué le dijo?

– Que estaba con su pareja en casa y se pusieron a llorar de la emoción.

– ¿De quién ha sido la culpa de la repetición de las elecciones?

– En todo caso la responsabilidad. Culpa tiene una connotación... En esta campaña todo el mundo se está poniendo muy trágico.

– Venga, vale. ¿De quién ha sido la responsabilidad?

– De que el PSOE escogiese como aliado privilegiado a Ciudadanos, que quedó en quinto lugar en Catalunya y cuarto en España en las elecciones del 20 de diciembre. Era un acuerdo de gobierno que pasaba por políticas que no tienen nada que ver con las que defendemos nosotros. El pacto pretendía subordinarnos. Pedro Sánchez quería nuestra abstención y Rivera, que fuéramos excluidos.

– Estas elecciones se están polarizando entre PP y Podemos.

– La alternativa está entre nosotros y el PP. Queremos no sólo el sorpasso (superar al PSOE) sino también ganar al Partido Popular.

– ¿De qué será ministro usted si gobierna Pablo Iglesias?

– (Duda). No lo hemos discutido (vuelve a reír).

– Pues no lo pareció en la famosa rueda de prensa en que Iglesias pidió a Sánchez ser vicepresidente y le ‘nombró’ a usted ministro.

– Aquello fue la respuesta de Pablo a un periodista que le preguntó si yo sería un buen ministro de Plurinacionalidad y Administraciones Públicas. Para nosotros lo importante es un pacto para compartir el gobierno. Quién ocupará qué espacio es menos importante.

– ¿Pero a usted le gustaría ser ministro?

– Hace ocho meses no pensaba ser candidato. Más que me ‘gustaría’ ser ministro, es que habría que asumir todas las responsabilidades que haya sobre la mesa.

– ¿Seguirá siendo el referéndum para Catalunya una línea roja para pactar con los socialistas?

– Nosotros vamos a ganar. No hay líneas rojas. Queremos aplicar el programa de gobierno que hemos defendido y que incluye el referéndum. La pregunta es si el PSOE dará apoyo a un gobierno del cambio, si asume los grandes retos que hay sobre la mesa. Las relaciones entre Catalunya y España es uno de esos retos. La pregunta es si el PSOEescojerá un gobierno del cambio liderado por nosotros o la Gran Coalición.

– ¿Liderado por ustedes? ¿Con Pablo Iglesias como presidente?

– Más allá del presidente de gobierno, ahora hemos pasado de un ‘pacto a la valenciana’ (con un socialista como presidente) a un ‘pacto a la barcelonesa’.

– ¿Lo aceptará el PSOE?

– El Partido Socialista, que está viviendo un momento difícil, ha demostrado tener una capacidad de pacto muy plural: con Ciudadanos en Lleida, con el PP y Unió en Tarragona, con la izquierda en Barcelona...


– Parte de la base de que superarán al PSOE. ¿Y si quedan terceros?

– No es nuestra apuesta. No creo que lleguemos al Congreso con los mismos resultados que el 20 de diciembre. No podemos quedar atrapados en el día de la marmota. La gente sabrá interpretar lo que ha pasado.

– Ese es su deseo. ¿Y la realidad?

– El 20 de diciembre nuestro deseo era ganar en Catalunya y se convirtió en realidad. Las encuestas nos dicen que estamos a menos de un millón de votos del PP.

– En Tarragona parece que todo seguirá igual.

– No. Sacaremos un segundo diputado.

– ¿A costa de quién?

– Del PP. Tendría un doble efecto: sacar el segundo diputado y además que le quitáramos fuerza al Partido Popular. Tendría un valor enorme.

– Para acabar, un pequeño test. ¿Qué le sugiere la siguiente palabra o nombre?: Mariano Rajoy.

– Puro (se refiere al tabaco).

– Pedro Sánchez.

– Cartón piedra.

– Albert Rivera.

– Hoguera de las vanidades.

– Referéndum.

– Decidir.

– Independencia.

– (Se lo piensa un buen rato). ¿Sólo puede ser una palabra?

– Sí.

– Proyecto.

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