Lluís y la Mercè, de la Pastistisseia L’Artesà de Calafell no han podido descansar hasta hace unas horas. Han sido jornadas frenéticas preparando roscones de Reyes.
Pero de entre todos uno ha sido muy especial. Ha pesado 11 kilos. De mazapán y fruta confitada. Y relleno, no de uno, sino de numerosos reyes y con varias coronas, porque ese roscón tenía que hacer felices a muchos.
Por sorteo
Lluís y la Mercé iban a regalar ese gran pastel a un centro para las personas mayores. Y lo hicieron al azar. Y el roscón de Reyes ha sido para el Centre de dia Marinada de Roda de Berà, para quien ha sido una sorpresa cuando han llegado los pasteleros de Calafell con el regalo.
En total han sido 100 raciones que han degustado los abuelos del centro, pero también ha habido para la Llar de jubilats del municipio.
Mantener la ilusión
Desde el centro han agradecido el gesto. «El día de Reyes es mágico», ha señalado el pastelero Lluís. Y por eso hay que mantener la ilusión a los abuelos.
La gerente del centro, Jerusalén Torra destaca que «los abuelos viven las tradiciones como pueden y a su manera. Pero a todos les gusta un trocito de roscón hecho con cariño».