«Celebramos una década de A Cel Obert con mucha ilusión, una palabra polisémica que ha permitido a los y las artistas jugar en sus instalaciones, tanto desde el punto de vista de la ilusión como efecto óptico, como desde el significado sentimental y emocional». En este contexto, Tortosa celebra hasta el domingo la décima edición del Festival de Intervenciones Efímeras, de nuevo consagrado a (re)descubrir edificios patrimoniales e históricos de la ciudad y también de la EMD Jesús.
«Empezamos abriendo al público tan solo cinco espacios, mientras que en esta décima edición se podrá visitar hasta 21 instalaciones artísticas, más dos exposiciones», explica la directora del festival A Cel Obert, Cristina Bestratén. En cuanto a espacios, como novedad se han incorporado El Pati i la Antiga capella del Convent de les Serves de Jesús, el Calvari, el Pati del Palau Episcopal, la Sala d’actes de la Casa Bau, el Magatzem de l’antiga fàbrica d’Olis Bau y el Palau Oliver de Boteller.
Un hito fruto de la «colaboración con diferentes escuelas de arte y del intercambio de artistas con otros festivales en el marco del proyecto Transefímers de la Xarxa Transversal, además de invitar a creadores cuyo trabajo encaja en la temática del festival», añade la responsable del certamen.
Así, del total, las instalaciones que optan al Premi del Jurat son cinco: TrasVer, de Daniel Vera y Valbona Fejza (Pati de Sant Jaume i Sant Maties); La ilusión de estar en un dibujo, de G. Nivaria (Pati del Convent de la Puríssima Concepció Victòria); 0000, de SP25 Arquitectura (Pati de Sant Jordi i Sant Domènec); Il·ludoscopis, de Laia Pellicer y Raquel Sarrà (Pati del Palau Montagut); y Through the illusion, de Irene Ginesi y Monica Sandulli (Passatge Franquet). Así, tras una década de experiencia, detalla Cristina Bestratén, «para escoger las obras candidatas nos fijamos en que sean factibles, y que, sobre todo, sean fieles a la temática que se propone».
«La idea de La ilusión de estar en un dibujo es que recuperemos el entusiasmo por dibujar, un hábito que perdemos por el miedo a que nos juzguen», explica la artista G. Nivaria, quien describe que «con figuras sencillas se puede seguir dibujando sin miedo y recuperar la sensación, cuando entras en un dibujo, de ser feliz por un instante».
Exposiciones: ‘Els patis perduts de Tortosa’ (Palau Oliver de Boteller) y el ‘Mural del pati del Palau Capmany’ (Antiga fàbrica d’Olis Bau) se pueden visitar
No obstante, las candidatas al Premi del Públic y Premi dels Xiquets i les Xiquetes son todas las instalaciones. En este sentido, «destaca la instalación colaborativa en la que han participado 13 centros educativos Tortosa, y por otro, la Escola per l’Art i la Cultura de la Diputació en Tortosa ha vuelto a ceder su claustro para que los estudiantes del curso de Arquitectura Efímera de la Escola d’Art i Disseny de la Diputació en Reus, instalen su obra», detalla Cristina Bestratén, quien también reseña «la participación de los alumnos de la Escola d’Art i Superior de Disseny de València y de la Escola Municipal d’Art i Disseny de Móra la Nova que mostrarán sus obras en el patio de entrada al Convent de Santa Clara y en la Sala del Polvorí del Parador de Tortosa».
Asimismo, entre todos los participantes, Jose Andreu Galiana es el único representante de Tortosa. «Flora-sion representa como la naturaleza recupera el territorio que los seres humanos le hemos ‘robado’; entonces, teniendo en cuenta que el Palau Episcopal es en apariencia muy contundente, por sus muros de piedra, la flor busca arraigar de nuevo y expandirse. ¿A quién no le ilusiona una flor?», se pregunta el artista y más cuando su belleza invita a (re)descubrir el valor de los espacios patrimoniales y culturales de Tortosa.
