No hace ni una semana que Ariel Santamaria (Reus, 1967) cerraba el ciclo musical con una declaración muy a su estilo, el Juantxi, friki para el resto de los mortales que no conviven en Reus durante su día a día. Se apagan 30 años de carrera, con cuatro discos de estudio y un millón de anécdotas. Santamaria no ha pasado desapercibido, su peculiar humor, la capacidad que ha exhibido para provocar y ese estilo transgresor aguado, le han llevado a contar con cierta popularidad en la comarca.
El reusense lo deja por situaciones familiares que le quitan tiempo. «Tengo que cuidar de mi madre y no me queda espacio para seguir en esto. La música te roba muchas horas y ahora no dispongo de ellas», reflexiona con el tono alegre del que siempre ha hecho gala.
Ariel inauguró su tránsito artístico con 25 años, aunque sin mucha fortuna. «Yo quería formar una banda de rock y no pude. Así que, como también me gustaban Llach o Albert Pla, decidí empezar en solitario». Los primeros dos años creó contenido más serio, aunque se dio cuenta de que ese ecosistema no cuadraba con su forma de ser. «Fue entonces cuando empecé con material más romperdor, provocador y eso me llenó más», comenta.
Cuatro discos han completado esa labor musical; Everybody’s juantxi, Vida i miracles de l’home viciós, Políticament Juantxi y Cançons RTV. Todos ellos han disfrutado de la colaboración de la Banda del Doctor Juantxi, antiguamente Banda del Pere Mata. «Nos vimos obligados a cambiarle el nombre porque el Pere Mata nos interpuso una demanda. No querían que utilizásemos su nombre», rememora Ariel.
Lo que más ha distinguido al músico tiene que ver con su presencia, el outfit, muy vinculado a Elvis Presley. «Nací un 10 de enero, dos días después que Elvis (8 de enero). Los dos tenemos en común que estamos como cabras». Amante del rock and roll de los 50, 60 y 70, el cantautor reconoce que «de Presley me gustaba su estética, pero a nivel musical prefiero a los Rolling».
A pesar del clima de guasa que impregna a todas sus apariciones, siempre ha mostrado un carácter muy underground en el proceso creativo. «Me gusta controlarlo todo, la composición, la producción, el directo y eso implica mucho trabajo, a pesar de que siempre me he tomado la música como un hobby. Ya empecé tarde en ello».
Un término popular
La palabra Juantxi ha disfrutado de un recorrido prácticamente universal en Reus, en parte porque Ariel Santamaria la ha elevado a su máxima expresión. «La historia viene de lejos. En los 90, un señor canario que se llamaba Juantxo y que le gustaba que le llamaran Juantxi, vendía cuadros de Reus por los bares». Desde entonces, ese término tomó un camino insospechado. «Como era un tío un peculiar, en los bares de la ciudad se empezó a utilizar Juantxi como término friki, pero de Reus. Así se ha quedado su significado», admite el músico.
Uno de los puntos culminantes de la vida artística de Ariel se relaciona con sus directos. Ha actuado en las salas más surrealistas de Catalunya y ha ofrecido shows que, en muchas ocasiones, han rozado el esperpento, con desnudos integrales del reusense incluidos.
A pesar de abandonar la práctica relacionada con las canciones, Santamaria conserva el espíritu artístico intacto, con algún proyecto todavía por cumplir entre manos. «He escrito algunos relatos que me gustaría publicar. Como mi hermano, quiero exponer a nivel literario y estoy en ello en estos momentos», acentúa.
Sus adeptos, que todavía existen, seguramente esperarán esa última aspiración poética de un tipo que, a su estilo, ha logrado llamar la atención dentro del mundo cultural ganxet. De una manera muy Juantxi.
