Raphael canta victoria en Tarragona ante un público entregado a la causa

Incombustible. Con su concierto de anoche en Tarragona Raphael demostró que tiene cuerda para rato y que su genialidad está lejos de agotarse. Mientras él quiera y el público le responda como ayer su trabajo no tendrá fin

11 noviembre 2023 21:00 | Actualizado a 12 noviembre 2023 12:00
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Si algo tiene Raphael, a parte de una dilatadísima carrera, es un público más que fiel, que vive y disfruta de su artista favorito como nadie.

Con algo más de 2.600 personas la Tarraco Arena acogió el concierto de Raphael correspondiente a su ‘Gira Victoria’ que le va a llevar a recorrer una veintena de ciudades españolas.

Puntual a su cita y con una puesta en escena sobria y tecnológica a la vez, arrancó el concierto con La noche, un clásico de su amplio repertorio, al que siguió De tanta gente, tema correspondiente a su último disco Victoria cuyos once temas han sido escritos y producidos por el artista malagueño Pablo López. Parece mentira que aun separándoles cuarenta años, las canciones de Pablo encajan a la perfección en la voz de Raphael. Han nacido para trabajar juntos.

Y así, Raphael fue desgranando uno a uno todos los temas de su último trabajo mezclándolos con sus éxitos de toda la vida. Convivieron en el mismo escenario temas como Yo sigo siendo aquél, Digan lo que digan, Mi gran noche y temas más nuevos como Victoria, Por si acaso y así hasta completar algo más de dos horas de concierto.

A cada una de las interpretaciones del artista linarense el público respondía con aplausos y gritos que hicieron que se sintiera arropado y querido.

«Esta canción es muy especial», dijo antes de versionar Lo saben mis zapatos, una creación de Pablo López con la que se emocionó en el escenario en uno de los momentos más vibrantes del show. No faltaron canciones míticas como Gracias a la vida, Se nos rompió el amor o Estar enamorado, para terminar a todo ritmo con Escándalo.

Después de verlo moverse por el escenario con ese poderío que le caracteriza y sin un momento de descanso, cuesta creer que Raphael tenga ya ochenta años y que le queda cuerda para rato. Bien es cierto que sus movimientos son más comedidos y no regala gestos inútiles, pero no se tiene una carrera de más de sesenta años por nada.

Raphael demostró anoche en la Tarraco Arena que los genios no tienen fecha de caducidad y que el paso del tiempo no va con ellos. Estará sobre un escenario hasta que a él le dé la gana y ha demostrado su capacidad camaleónica para adaptarse a los nuevos tiempos y arrimarse a artistas que le pueden aportar un plus más a su carrera.

Señoras y señores digan lo que digan, ayer fue una gran noche para Raphael y sus seguidores, un concierto de escándalo y qué sabe nadie cuánto le quede por hacernos disfrutar. Gracias a la vida por darnos este artista que anoche cosechó una gran victoria en Tarragona.

Por cierto, ya es Navidad, Raphael cantó El tamborilero y si él lo cantó es Navidad ¡y punto!.

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