Aina Cid: '¡Pudimos rendir más!'

La remera ebrense Aina Cid hace balance de su paso por los Juegos Olímpicos de Tokio, donde alcanzó la sexta plaza y su segundo diploma

16 agosto 2021 10:40 | Actualizado a 16 agosto 2021 11:30
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No pudo hacer realidad el sueño de lograr la medalla olímpica que tanto se le resiste al remo español, tras la de plata obtenida en Los Angeles 1984 por Fernando Climent y Luis María Lasúrtegui, pero Aina Cid repitió participación en la final del dos sin timonel, en esta ocasión con la cántabra Virginia Díaz. Hizo historia en Tokio, al convertirse en la única remera de la selección española que ha logrado dos diplomas olímpicos.

A su regreso de la capital nipona, la remera ampostina reconocía que le había quedado un sabor algo agridulce, «con el tiempo seguramente le daré mucho valor a este segundo diploma, que es un buen resultado y no es fácil repetir dos finales, porque en la regata hicimos todo lo posible, pero creo que no estuvimos a la altura de lo que estábamos haciendo en los entrenamientos, y pienso que éramos capaces de rendir más de lo que hicimos».

Según Cid, tampoco pudieron seguir la estrategia preparada, «tan solo salió todo como pensábamos en la semifinal, antes en la serie eliminatoria ya sufrimos bastante para podernos clasificar, sin salir las cosas como teníamos previsto, y en la final sucedió algo parecido, nos quedamos demasiado rezagadas y después ya es muy difícil recuperar. Lógicamente la estrategia no contemplaba el ceder tanta distancia, las previsiones eran de seguir más cerca desde el principio».

La ebrense piensa que pudo influir el hecho de competir con menos de 24 horas de descanso entre la semifinal y la final. «No tuvo influencia el remar con tan poco tiempo de recuperación, estábamos muy preparadas para afrontarlo, anteriormente habíamos competido en campeonatos donde remamos dos días seguidos y físicamente llegábamos con mejor preparación que en Río de Janeiro, donde se vio una menor preparación física y acusamos también la falta de experiencia y madurez».

También esta convencida de que llegaban con la preparación adecuada, tanto ella como su compañera, Virginia Díaz. «No tengo nada que objetar con relación a la preparación, pienso que fue excelente, de los entrenamientos no cambiaría nada, a título personal puedo asegurar que llegué de la mejor forma posible a la competición y no cambiaría nada del sistema de entrenamiento». No le sorprendió demasiado el rendimiento de sus rivales más directas, «lo de Nueva Zelanda ya se intuía, y tampoco me sorprendió demasiado el rendimiento de Grecia y Rusia, que sabía que llegaban muy bien, quizás lo más sorprendente fue no ver en la final a las representantes de los Estados Unidos, pues Australia ya vimos que se desgastaron mucho en la regata clasificatoria y lo acusaron en la semifinal».

Aina Cid No tiene ninguna queja sobre las instalaciones, ni tampoco de la convivencia durante los días de los Juegos Olímpicos. «El campo de regatas estaba muy bien, y estuvimos bastante cómodas, hacia mucho calor para estar a la intemperie, pero cada equipo tenia una sala con aire acondicionado, lavabo y ducha, y en la villa olímpica no tuve problemas, aunque para mi gusto las camas eran demasiado duras».

La experiencia ha sido bastante diferente a lo vivido en los anteriores Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro. Tokio le ha servido para vivirlo con más intensidad y sosiego. «Ha sido otra historia, en Brasil, todo fue muy rápido, y me encontré en un lugar donde un año antes ni imaginaba poder estar, viviendo sobre todo la experiencia y un sueño inimaginable, fuimos también al desfile inaugural, en Tokio no pudimos tomar parte porque competimos el día siguiente, además estaba totalmente metida en la competición, era más consciente de mis posibilidades.

Considera positiva la iniciativa de que su hermana Victoria se estrenara como comentarista. «Fue una buena decisión, pienso que a ella le ha ayudado bastante, ha sido una manera de estar involucrada en los Juegos sin competir, que era uno de sus objetivos antes, y por lo menos lo ha vivido con una intensidad y nivel que no hubiera podido como espectadora». El inconformismo de Cid prevé un futuro brillante.

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