La reusense Invall se expande por toda España

La ingeniería y consultoría de Reus abre oficinas en Bilbao, La Coruña y Zaragoza, y aspira a seguir creciendo hasta el centenar de empleados

16 julio 2018 15:06 | Actualizado a 16 julio 2018 15:27
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Zaragoza va a ser la próxima. Hace apenas un año, fueron Bilbao y La Coruña. Invall, ingeniería y consultoría con sede en Reus, se encuentra en plena fase de expansión por el Estado. En septiembre, inaugurará una nueva oficina en Zaragoza, donde contratará a una decena de personas que se sumarán a las 70 que hoy forman parte de esta empresa que el año pasado facturó 3,5 millones de euros y que este año prevé cerrar en torno a los 4 ó 5 millones de euros.

Entre las tres nuevas oficinas que habrán abierto en poco más de un año, Invall habrá invertido alrededor de medio millón de euros. Una estrategia está detrás de este plan de expansión: estar cerca de sus clientes. De sus relativamente nuevos clientes.

Invall fue fundada en 1965 en Reus por Miquel Aragonès y Alfonso Baquelaina como despacho de arquitectura. Con la incorporación en 1985 de Miquel Aragonès hijo (Reus, 64 años, y actual director general de Invall), la actividad se reorienta hacia la ingeniería, en línea con la formación de ese entonces joven ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que toma las riendas del negocio (ya sin el socio de su padre en la empresa) y se centra en la adjudicación de proyectos de ingeniería en ayuntamientos, sector público y tratamiento de aguas, principalmente en las comarcas del Camp de Tarragona.

Minería, industria papelera o logística son algunos de los sectores en los que trabajan

El tercer gran cambio de Invall llega, como tantos en esta última década, motivado por el arranque de la Gran Recesión en 2008. La actividad del sector público se desploma, el mercado privado local se congela, y sólo aparece como viable la tan manida «reinvención». De la mano de Jordi Bessa (Tarragona, 44 años), ingeniero de Caminos, Canales y Puertos que se había incorporado a Invall como trabajador en el año 2000, y que en 2007 había entrado como socio (junto a Miquel Aragonès ostentan la mayoría de esta empresa, que cuenta con otros tres socios trabajadores, todos ellos ingenieros), Invall pone la vista sobre el sector privado y la internacionalización.

El sector industrial supone hoy un 65% de la facturación de Invall. En este sector, un 75% de la actividad viene del área petroquímica, donde hacen proyectos nuevos y de mantenimiento.

Sin perder nunca de vista un sector de obra pública en horas bajas, Invall busca un mercado en el sector privado industrial, donde empieza a trabajar en proyectos para la industria petroquímica y las energías renovables en toda España. En 2011, abren oficina en Rumanía (que todavía mantienen, con un trabajador), donde empiezan a trabajar en proyectos de tratamiento de aguas.

De tener prácticamente toda su actividad en el sector público, han pasado a que la obra pública apenas represente hoy un 15% de su facturación, con el sector industrial aglutinando un 65% de su actividad y el sector de energías renovables el restante 20%.

En el camino, como en tantas empresas que en estos años tuvieron que buscar nuevas propuestas para seguir adelante, hubo momentos duros. En 2010, el momento en el que definitivamente toman la decisión de reorientar su actividad, la facturación de Invall cayó hasta los 1,5 millones de euros, después de un récord de 3 millones antes de la crisis. Fue el momento en el que se vieron obligados a prescindir de media docena de personas, con una plantilla de 30 empleados.

  • Despacho de arquitectura  Invall arranca en 1965 en Reus como despacho de arquitectura, fundado por Miquel Aragonès y Alfonso Baquelaina.
  • Obra pública  En 1985, con la entrada en la empresa de Miquel Aragonès hijo, con formación de ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, Invall reorienta su actividad hacia la ingeniería, donde se hace con una posición sólida en la adjudicación de proyectos de obra pública y tratamiento de aguas del Camp de Tarragona.
  • Sector privado  A partir del año 2011, Invall da un nuevo giro a su actividad, de la mano de Jordi Bessa, incorporado como socio en el año 2007, añadiendo el sector privado, especialmente el industrial y el de las energías renovables, a sus esfuerzos por hacerse con nuevos proyectos. Empieza a trabajar para la industria petroquímica de Tarragona y extiende su actividad a buena parte del Estado. En poco más de un año han abierto oficinas en Bilbao y La Coruña (además de otra en Rumanía), y abrirán otra más en Zaragoza en septiembre. 
La estrategia les ha dado resultado, y hoy son un referente en el sector industrial, con clientes por todo el Estado español (entre ellos Repsol, Basf, Katoen Natie, Enel, Gas Natural Fenosa -hoy Naturgy-, Covestro, Clariant, General Electric o Alstom), que les ha empujado a abrir en poco más de un año tres oficinas fuera de Reus, ampliando su plantilla hasta las 80 personas (en septiembre), y recuperando el nivel de facturación precrisis en 2016, para superarlo en 2017 y aspirar, según cuentan, a alcanzar el centenar de empleados en el año 2020.

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