Solo la vacuna nos sacará de esta

No aprendemos. Después de tantas muertes, tantas restricciones, tantos golpes a la actividad y a la economía… seguimos como si la pandemia no fuera con nosotros, como si no siguiera cobrándose vidas y causando estragos. Este fin de semana se disputó la final de la Copa del Rey de fútbol del año pasado y, más allá del resultado –¡Aupa Real!–, las horas previas al partido nos depararon unas bochornosas imágenes de cientos de aficionados saltándose todas las medidas de seguridad, en un alarde de estupidez e insolidaridad. Por otra parte, el domingo estuve en Barcelona y pude comprobar que al menos en la zona del puerto y en los alrededores de la playa de la Barceloneta más de la mitad de las muchas personas que allí estaban reunidas llevaban la mascarilla mal puesta –a modo de babero– o, directamente, no la utilizaban. Y luego, de regreso, me sorprendió ver los tres carriles de la autopista rumbo a Barcelona colapsados por la cantidad de vehículos. Tantos, que fue necesario habilitar uno de los carriles en sentido Tarragona para los que se dirigían a la Ciudad Condal. Como en los tiempos previos al coronavirus. Pues eso: vacúnennos cuanto antes, de día y de noche, sin parar, pues si depende del comportamiento de la población –o, al menos, de una parte de la población– me temo que nunca saldremos de esta.