La nueva Llotja de Reus, toda una referencia tras medio siglo

Los 50 años de la nueva lonja llega tras todo un proceso de digitalización y una puesta al día de los estatutos

20 abril 2022 18:00 | Actualizado a 21 abril 2022 17:11
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La nueva Llotja de Reus alcanza el medio siglo de vida tras reafirmarse como lonja de referencia. Es la primera de Catalunya y la cuarta del Estado español en obtener este reconocimiento de la mano de la Generalitat, y a través de la convocatoria abierta por parte del Ministerio de Agricultura. «Certifica la absoluta transparencia del funcionamiento de la Llotja, con el escrupuloso respeto a las normas de la competencia», afirma el presidente de la Cambra de Comerç de Reus, Jordi Just. El vicepresidente, Isidre Guinjoan, remarca que «ya se estaban haciendo las cosas bien», pero ahora queda por escrito, de forma oficial, «lo que prestigia a la institución». Algo esencial para que su actividad tenga sentido y, ahora, tocará mantener el listón bien alto porque, como recuerda Guinjoan, se tendrán que pasar auditorías periódicas y el reconocimiento podría perderse.

Con este certificado –que fue notificado a finales de marzo y que hace referencia a los huevos, almendras, avellanas y algarrobas– es como la nueva Llotja de Reus celebra sus 50 años. Justamente un día como hoy, 21 de abril, de 1972 fue creada en el Pleno de la Cambra, promovida por la Cambra, el Ayuntamiento y también por la Caixa d’Estalvis Provincial de Tarragona como patrocinadora. Dos meses más tarde, el 28 de junio, el nuevo local de la lonja (el actual) quedaba inaugurado y, a partir de entonces, cada lunes se llenaban las instalaciones de productores, comerciantes, operadores...

«Antes se marcaban los precios en el Casino que había en la plaza Prim», recuerda Joaquim Llavoré, operador de la Llotja de Reus y presidente de la Agrupació de Productors d’Ous de Catalunya (APOC). Pero con el nuevo edificio –promovido por la Caixa d’Estalvis Provincial de Tarragona, como recuerda el entonces presidente de la Cambra de Comerç, Francesc Cabré (al cargo entre 1968 y 2006)–, la actividad se trasladó. «En la entrada se ubicó un bar porque se tenía claro que, sin este servicio, la lonja no funcionaría. También era claro que tenía que situarse en la plaza de Prim, respetando su ubicación natural», recuerda Cabré.

«Sentados en la mesa éramos una quincena de personas, porque entonces el mercado era muy detallista, y se hacían propuestas de precios, se debatía hasta llegar a un consenso. En un 95% de los casos se alcanza un acuerdo», relata Llavoré. Ha estado en la lonja desde los inicios y hasta a día de hoy, por lo que es un gran conocedor de cómo eran las cosas hace 50 años y cómo han ido cambiando.

Según explica, el gran salto ha sido la evolución de las comunicaciones, lo que ha vaciado por completo el edificio de la lonja. Y es que la fijación de los precios se hace de forma telemática. «Antes, la asistencia era física, y la gente venía a buscar la hoja de cotizaciones», cuenta. Un día en el que «la gente venía a Reus, y no sólo por el mercado, sino que aprovechaban para hacer todo tipo de compras, o ir al cine...», recuerda por su lado Cabré. Pero después, con el teléfono, el fax, los móviles... «se fue vaciando, vaciando y ahora es todo virtual, y aún más a partir de la pandemia», cuenta Llavoré.

Jordi Just recuerda que la Llotja de Reus hace años que realizó este ejercicio de digitalización «para dar respuesta a las nuevas formas de relación de sus operadores y a los métodos de consulta de los interesados», por lo que, cuando irrumpió la pandemia, «pudimos mantener la actividad con toda normalidad».

Una lonja referente

«La Llotja sirve para explicar muchas cosas a la hora de entender la capitalidad comercial de la ciudad de Reus en relación a su territorio de influencia que va mucho más allá de los límites de la demarcación de Tarragona y que llega al Baix Maestrat y a la franja de Aragón», subraya Jordi Just. Como señala Cabré, incluso ha ayudado a situar Reus en el mapa. Lo dice recordando, especialmente, los dos años en los que la Llotja de Reus ostentó la presidencia de la Bolsa Europea, tras conseguir la celebración de la Asamblea en Reus «y por haber demostrado la seriedad suficiente para afrontar el evento». «Había algunos que decían, ‘pero Reus... ¿dónde está Reus?’», recuerda.

A lo largo de este medio siglo, la tarea desarrollada por la Llotja de Reus ha sido distinguida en varias ocasiones. En 2010, por ejemplo, la Generalitat de Catalunya otorgó la Creu de Sant Jordi por los méritos obtenidos durante los entonces más de treinta años de institucionalización y también rememorando la concesión real del Mercat del Dilluns, en 1309 por Jaime II. La Llotja también ha sido distinguida con la Medalla d’Or de la Ciutat de Reus, concedida por el Ayuntamiento, por su «tarea perseverante al servicio del comercio local, nacional e internacional».

Una puesta al día

Pero en los últimos tres años, la Llotja ha seguido trabajando para prestar todavía un mayor servicio. «El primer paso fue renovar los cargos del Patronat de la Llotja para que fuera aún más representativo y proceder, a continuación, a actualizar los estatutos», señala Jordi Just. Isidre Guinjoan recuerda que la lonja aún dependía de los estatutos de 1972, «así que hicimos de nuevos, renovamos los miembros del Patronat y nos reunimos con los operadores».

Posteriormente, y con la apertura, en 2020, de la convocatoria del Ministerio de Agricultura, para reconocer lonjas de referencia, la de Reus empezó a trabajar con el objetivo de conseguir el certificado de máxima calidad. «Ha sido, básicamente, mucho trabajo de despachos, con un gran trabajo de los técnicos de la lonja y de Virgínia Peña, como asesora», subraya el vicepresidente de la Cambra, quien también destaca el trabajo codo a codo con la Generalitat y, especialmente, los Serveis Territorials d’Acció Climàtica de la Generalitat, con Àngel Xifré como director. «Es un reconocimiento muy positivo, que indica que la Llotja hace bien su trabajo y que los precios son los de referencia», algo que, para Xifré supone «para el territorio dar prestigio a los productos agroalimentarios de la zona».

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