Las quejas vecinales por los malos olores de los purines de algunas granjas vuelven a estar a la orden del día. Coincidiendo con la llegada del buen tiempo y del calor, las viviendas suelen tener hasta altas horas de la noche sus ventanas y balcones abiertos, por lo que estos olores desagradables se impregnan en sus hogares. Es el caso de Jordi Puigdevall, un vecino del barrio Fortuny de Reus que se ha puesto en contacto con el Diari para exponer una situación desagradable. «Hace unas semanas que, sobre las diez y media o las once de la noche, y dependiendo de dónde sople al aire, el olor que llega hasta aquí es insoportable», comenta este hombre, quien asegura haber llamado por teléfono a la Guàrdia Urbana para exponer este problema».
Jordi deduce que «si siempre es a la misma hora, supongo que es cuando los responsables de la granja que sea aprovechan para deshacerse de los purines». Esta situación provoca que «aunque apetezca tener la ventana del comedor abierta por el calor, al final te ves obligada a cerrarla porque el olor no se puede aguantar».
La denuncia de Blancafort
Los problemas y las quejas por los malos olores que provocan los purines de algunas granjas de Reus suelen producirse de manera cíclica en los barrios de la parte sur y oeste de la ciudad. Es el caso de la Urbanització Blancafort, donde aunque ahora están bastante tranquilos, el año pasado pasaron por una temporada bastante complicada en cuanto a malos olores. El presidente de la asociación de vecinos, Bartolomé Pluma, recuerda que «nos vimos obligados a denunciar a una granja a los Mossos d’Esquadra, además de enviar una carta al Departament d’Agricultura para que investigara la situación». Afortunadamente para estos vecinos, un año después los malos olores no se han repetido porque, según explica Pluma, «la granja cesó la actividad». El presidente de esta asociación vecinal también recuerda que «nos costó mucho tiempo averiguar de quién era competencia el problema, ya que en el 2012 ya iniciamos las gestiones con el Ayuntamiento y los departamentos oportunos, pero sin éxito».
El barrio Immaculada es otra zona de la ciudad donde a veces se convierte en complicado aguantar los malos olores de los purines. La presidenta de la asociación de vecinos de este barrio, Esperanza Torrijos, explica que «nosotros no hemos recibido quejas como tales en la asociación, pero sí que es un tema que se habla entre los vecinos. Sin ir más lejos, la otra tarde estábamos sentados un grupo de vecinos tomando la fresca y hablamos de esto».
Esperanza Torrijos también comenta que «el mal olor suele producirse por la tarde y siempre dependiendo de dónde sople el viento, aunque nos llega de la zona de la Urbanització Blancafort».
Reus, zona 'vulnerable'
El Síndic de Greuges de Catalunya situaba Reus, en un informe de diciembre de 2016 y que recogía datos de la Agència Catalana de l’Aigua, entre las poblaciones del territorio que registran un excedente de nitrógeno en las aguas subterráneas, es decir, que acogen, en su subsuelo, agua en situación de contaminación por exceso de purines. El municipio y su entorno forman parte de lo que el ACA cataloga como a «zonas vulnerables», delimitadas y reflejadas en este informe al detectarse «nitratos que proceden de fuentes agrarias y de la gestión de deyecciones ganaderas» por encima de la media.