Juanjo de Nayeli: «Cuando había fiesta en casa, me escondía en un rincón y escuchaba»

«En Reus se entiende mucho de flamenco, hay artistas muy buenos»

26 marzo 2022 18:14 | Actualizado a 28 marzo 2022 12:09
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Decía Inés Rubio, una de las bailaoras nacionales con mayor recorrido en la actualidad y también del barrio de San José Obrero, que en la voz de Juanjo De Nayeli (Reus, 1987) había algo especial. Este cantaor, formado en los mismos lugares que ella y de familia apasionada por el flamenco, ha derribado ya ciertas fronteras del registro, hasta el punto de cantar con frecuencia en tablaos de prestigio como el Cordobés de Barcelona o el del Corral de la Morería de Madrid. A sus actuaciones han asistido artistas de postín como el mismo Farruquito o Enrique el Extremeño. 

«Farru (como él conoce al popular bailaor) ya me ha llevado de gira con él y he aprendido mucho», reconoce el reusense. Juanjo se empapó de flamenco desde la cuna. Sus dos abuelos fueron cantaor y bailaor respectivamente. «En casa siempre se montaban fiestas, siempre había baile y cante y eso puede ser que los heredes desde los genes», reconoce, al mismo tiempo que confiesa que «cuando era pequeño y mis padres me mandaban a la cama, cuando había fiesta en casa, me escondía en un rincón simplemente a escuchar cómo cantaban». Ese se convirtió en el primer aprendizaje de De Nayeli, aunque luego hubo un camino de formación por recorrer. «Pienso que con el cante se nace, pero no es suficiente. Tienes que formarte y estudiar mucho».

La vida de Juanjo De Nayeli resulta del todo itinerante, como buen artista. Se encuentra a lomos de Barcelona, Madrid y Reus, manda el oficio, que en Catalunya pasa por un instante regular. «Está ahí ahí. Por ejemplo, en Barcelona sí que tenemos tablaos pero en Tarragona o Lleida ya no».

Su talento le permite desenvolverse en distintos estilos. De su voz se puede escuchar una buena bulería, pero también granaínas, soleás, martinetes o malagueñas. «Hacemos un poco de todo». Reflexiona. Aunque no conoce un único ídolo o referente, sí alaba la calidad de mitos como Camarón, Caracol o Chocolate.

La cantera reusense

El artista no escapa de la extensa cantera que ha dado Reus y, en este caso, el barrio San José Obrero, un lugar que respira flamenco por los cuatro costados y de donde han salido el mismo cantaor y la bailaora Inés Rubio. «En Reus se entiende mucho de flamenco, hay artistas muy buenos allí, aunque no se hayan dedicado a esto de forma profesional», asevera el protagonista.

De Nayeli ha logrado actuar en escenarios exóticos como en Luxemburgo o Armsterdam (Holanda. «Aunque no sea muy entendido en flamenco, el público europeo es muy respetuoso. Aplaude cuando toca y guarda silencio cuando es necesario», refleja sobre esa experiencia.

También ha girado con Farruquito por salas nacionales como en Palma de Mallorca, Barcelona o Gerona, pero la pandemia provocó un parón inesperado a todo el sector artístico. «Lo hemos pasado mal, pero hemos sobrevivido como hemos podido. Estamos con muchas ganas de volver a los escenarios y cantar para el público». Karime Amaya o Jesús Carmona han reclamado su voz durante estos años. 

El Festival Sona Flamenc de Tarragona volvió a reunir a dos paisanos casi de infancia. Inés Rubio contó con Juanjo De Nayeli en el espectáculo De la Tierra, que expuso hace dos semanas en el Teatre Tarragona como una de las cabezas de cartel del certamen. Junto a otros dos cantaores más, el reusense formó en el reparto de un show que estuvo compuesto por artistas de la zona del Camp de Tarragona.

La carrera de este cantante de raíz, de alma, ha cobrado un sentido casi imparable desde que a los 12 años abrió la puerta artística en las primeras fiestas familiares. Esa voz especial hoy es reclamo de todos los escenarios del país y halago de los entendidos de la materia flamenca.

«El flamenco es mi vida, vivo casi 24 horas para este arte», sentencia, justo después de salir de una grabación para atender al Diari. Juanjo de Nayeli confirma, con su historia, que el entusiasmo por este oficio derriba cualquier impedimento.

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