Pese a suponer una inversión directa de 6,6 millones de euros, la Lleida de Barris de la Part Alta queda lastrada por la no realización de la obra del centro social y cultural de Ca l’Agapito. Esta actuación suponía más de un 40% del total de la inversión prevista, pero finalmente no se pudo ejecutar.
«Era un plan complejo, en un entorno patrimonial y catalogado, con un plan integral flojo y poco realista», indica el gerente de Smhausa, Jordi Dies. Además, la puesta en marcha del plan coincidió con el estallido de la crisis económica del 2008, un hecho que comportó que, en 2011, la Generalitat dejara de aportar su parte de forma habitual.
«Fue un ejercicio de microcirugía, con actuaciones en el Trinquet Vell. También se reordenó la movilidad, recordemos que hasta no hace tanto se podía aparcar justo enfrente de la Catedral...», recuerda Dies.
El exalcalde Josep Fèlix Ballesteros también recuerda los problemas con los que chocó este plan. «El Govern nos dejó tirados, debíamos poner nosotros el dinero... Fue complicado», recuerda.
Las actuaciones más destacadas fueron los cambios de pavimentación en las calles Mediona, Comte, La Nau o Sant Domènech, así como el soterramiento del cableado en estas mismas vías. También se impulsaron mejoras en las fachadas de los inmuebles y la señalización de los elementos patrimoniales y las rutas turísticas.
«Se quedó a medias. Se empezó con reuniones cada seis meses pero luego no acabó de funcionar, especialmente por Ca l’Agapito», recuerda el presidente de la Associació de Veïns de la Part Alta, Manel Rovira, mientras que Joan Anton, de la Plataforma Som Part Alta, quien lamenta que «todavía hoy nos falta un Centre Cívic», criticando que «cambiar aceras o una wifi no es lo que necesita el barrio».