El vandalismo y el incivismo toman la Part Alta de TGN

Pintadas en portales y monumentos, bolsas de basura amontonadas en plena calle y botellones improvisados, principales quejas vecinales

17 marzo 2022 19:10 | Actualizado a 18 marzo 2022 15:16
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«Pensábamos que con la apertura del ocio nocturno, el vandalismo constante en el casco antiguo de la ciudad nos daría una tregua. Pero no ha sido así. La cosa va cada vez a peor y ya se convierte en imposible vivir aquí», explica Laura Torra, una vecina de la calle Cavallers. Pintadas y grafitis en portales, paredes y monumentos, bolsas de basura amontonadas en cualquier rincón y botellones en puntos calientes de la Part Alta. Estas son las principales pesadillas de los vecinos. La única esperanza que les queda es la puesta en marcha de las cámaras de videovigilancia, que funcionarán como elemento disuasivo.

Las quejas vecinales en este punto de la ciudad son una constante desde hace años. Pero ahora, los residentes en la Part Alta aseguran haber identificado un aumento de los actos vandálicos. Durante los primeros meses de la pandemia, las denuncias se redujeron considerablemente, hasta que aparecieron los botellones improvisados. Primero en la Plaça de la Font, luego en Sedassos y, ahora, cualquier rincón es bueno.

En los últimas semanas, los vecinos han detectado un aumento de pintadas y grafitis en portales y monumentos. «Cada mañana, al salir de casa, nos encontramos con una nueva pintada», explica Toni Grau, vecino de la calle Ferrers, a quien hace pocos días le grafitearon su portal. Grau tuvo que contratar un servicio de limpieza, lo que le costó un dinero. «Si pintan en un monumento o en una pared, el Ayuntamiento se encarga de borrarlo. Pero en casas particulares no», añade.

Los incívicos han llegado a actuar en espacios históricos, como es el caso de las gradas de la Plaça Sedassos –que las pintadas se han tenido que borrar hasta en dos ocasiones–, o la de la semana pasada en la Catedral. Por no hablar de las paredes o de las persianas de comercios. El Ayuntamiento tiene una partida anual de 100.000 euros para limpiar grafitis. Una cantidad que casi siempre es insuficiente.

Montañas de basura

Otra de las pesadillas para los vecinos del casco antiguo son las montañas de bolsas de basura que se generan durante el día en sus calles. El foco de la problemática se centra, sobre todo, en la parte izquierda de la Part Alta, en el entorno de la Plaça de Dames i Vells. «Imaginar cuando llegan los turistas y ven esta escena. Me da vergüenza ajena», explica Silvia, una vecina de la calle de Misser Sitges.

Lo cierto es que en el interior del casco antiguo hay muy pocos contenedores de basura. Para compensar, cada día, a partir de las 19.30 h, se instalan una especie de papeleras en algunos puntos de la Part Alta. Sobre las diez de la noche, pasan a vaciarlos y recogerlos. El problema es que, algunos vecinos, cuando salen a trabajar de buena mañana, aprovechan para bajar la basura y dejar la bolsa en el lugar donde al cabo de 12 horas habrá una papelera. El resultado de esta actuación incívica son las esquinas repletas de suciedad. «A parte de la mala olor, también hemos visto como las ratas destrozan las bolsas y esparcen los restos por toda la calle», explica Grau.

Por su parte, el portavoz de la Associació de Veïns Merceria-Part Alta, Sergi Carrillo, alerta de que el problema de la basura empeorará de cara al verano, cuando los restaurantes estén en pleno rendimiento y los pisos turísticos se llenen de jóvenes extranjeros.

El enemigo: los botellones

Si de alguna cosa se han quejado los vecinos de la Part Alta en los últimos tiempos es de las concentraciones de jóvenes que hacen botellones. Se trata de una técnica de naturaleza nómada, lo que significa que estos encuentros van cambiando de localización. Con la relajación de la pandemia, los jóvenes se juntaban para beber en la Plaça de la Font, luego fue el turno de la zona del cementerio y, ahora, con la apertura del ocio nocturno, el punto caliente se ha trasladado a la Plaça Sedassos, a la Baixada Misericòrdia y a todo su entorno. «Cada fin de semana hay peleas, discusiones, atracos... Es un no parar», explica Carrillo, quien hace un llamamiento a los bares y supermercados de la Part Alta, pidiendo que el alcohol no sea tan asequible, sobre todo, para los menores. «No entendemos que se permita el consumo en plena calle. En teoría está prohibido», dice el líder vecinal.

La esperanza: las cámaras

El Ayuntamiento, por su parte, desmiente categóricamente que se haya detectado un aumento de actos vandálicos en las calles de la Part Alta. «Los hechos delictivos se han reducido mucho en las últimas semanas», explica la concejala de Seguretat, Cristina Guzman, quien asegura que la problemática en Sedassos ya se solucionó hace unos días, denunciando a algunos bares que servían bebidas alcohólicas para llevar.

Referente a los grafitis, la Guàrdia Urbana también denunció a dos personas por daños en el patrimonio histórico. «Identificamos e imputamos a los autores de unos grafitis. Ahora, lo que detectamos son casos muy puntuales», explica Guzman. «Por otro lado, el tema de las montañas de basura es un mal endémico de hace muchos años, que ahora trabajamos volcando agentes de paisano para que abran las bolsas y así poder denunciar», añade la concejala.

Como medida general, el Ayuntamiento ya ha instalado algunas cámaras de videovigilancia en el entorno de la Plaça de la Font y del Ayuntamiento. El proyecto prevé colocar más dispositivos repartidos por el casco antiguo. Los vecinos tienen la esperanza de que estas cámaras pongan fin a su pesadilla, y que actúen como elemento disuasorio de los actos vandálicos e incivicos.

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