Ya se ha convertido en una tradición oficiosa que la sandía suponga el punto de partida de las fiestas de Sant Magí en Tarragona. En un día marcado por la calor y la humedad en la ciudad, una tajada de esta dulce fruta parece un plan perfecto para poder superar la tarde. Por este motivo, alrededor de las seis de la tarde, decenas de personas esperaban en el interior del mercado, aguardando su turno para acceder a uno de los muchos cortes que estaban preparando los voluntarios de Creu Roja Joventut.
Este edificio ha sido testigo de una nueva edición de la Sindriada solidaria. Los voluntarios han repartido una tajada a todos los que han acercado al puesto habilitado, estos valían un euro, pero los beneficios obtenidos serán destinados a proyectos de éxito escolar para los niños y jóvenes del Camp de Tarragona. La consolidación de este acto se hace patente cuando ves las colas que se llegan a formar, los primeros afortunados en conseguir su pieza de fruta fhan sido Mario y Mireia, quienes siempre acostumbran a venir como «una tradición previa a las fiestas», ellos estaban acompañados de su hijo, quien vive este acto por primera vez ya que nació el 12 de agosto.
Los primeros visitantes han tenido un premio extra, ya que Mario Ezno, titiritero que ofrecía después su espectáculo, ha amenizado la cola de los primeros visitantes, «madre mía lo que te vas a comer», gritaba el títere al hijo de la pareja. Y es que la Sindriada es una actividad esencialmente familiar, pero llama a todo tipo de personas. Las hijas de Jordi y Eli ya son mayores, pero ellos han seguido esta cita en todos sus formatos, «es un acto marcado en el calendario, hay ganas de fiesta y estas comienzan aquí», afirman.
Poco a poco las colas se han convertido en aglomeraciones, algunos reposando en los espacios designados del Mercat, otros comiendo de pie, hasta el punto que el personal de seguridad ha tenido que colocar los carteles de «precaución suelo resbaladizo» por el agua de sandía que caía constantemente. Hacía las seis y media, sin embargo, la gente cambió su concentración, dirigiéndose en su mayoría al pequeño escenario habilitado en el centro. Allá ha actuado otro de los platos fuertes de la jornada, Mario Ezno junto con su títere Manolo.
Mario y Manolo
Con sus más de tres millones de seguidores en Tik Tok, Mario Ezno ha viajado desde su pueblo natal en cuenca por toda España y otros 12 países, siempre en compañía de Manolo, el títere que fabricó él mismo y con el que ha regalado risas a todos los que lo han podido ver. Esta ha sido su primera actuación en Tarragona y la afluencia del Mercat ha dado fe de ello.
De hecho, inicialmente estaba pensado que pudieran pasear por las diferentes paradas del mercado, pero la cantidad de gente ha obligado al artista a confinarse sobre el escenario. Aún así, al inicio de la actuación ha avisado de que su espectáculo se basa en la «improvisación e interacción» motivo por el cual ha pedido a los niños y niñas sentados en el suelo que le dejaran espacio. Acostumbrado a actuar en plazas y parques abiertos, el titiritero ha tenido que adaptar su espectáculo.
Pese al limitado espacio, la entrada de Manolo en el escenario ha sido enérgica, y no tardó demasiado en saltar del escenario para bailar y subirse entre las criaturas. Algunos de ellos respondían con risas y otros con miedo, pero se ha mantenido una relación respetuosa con el artista y su marioneta. Ezno no siempre puede presumir de esto ya que su experiencia le ha obligado a advertir de que «Manolo es su herramienta de trabajo y se debe cuidar». Los más pequeños no han sido los únicos en disfrutar del espectáculo ya que los perspicaces chistes sobre Hacienda o la alopecia han arrancado las carcajadas de los más adultos.
